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Mostrando entradas de 2013

El cuento del que trasnochó

Son las cuatro de la mañana, vas algo bebido y te atreves a hablar con cierto engreimiento a gente joven que ves en un pub que tendría que haber cerrado a las tres y media. A los chicos los dominas con cuatro palabras y tu presencia: está bien; te sientes experimentado y astuto. Las chicas son jóvenes y guapas, pero tú eres un hombre y guardan la distancia. Igualmente, a ellas les hace gracia alguna ocurrencia, aunque no notas que sientan un mínimo de atracción (algo esperable, sin duda). Por otro lado, te tratan con precaución porque salta a la vista que no tienes su edad: eres considerablemente más viejo. Tampoco tienes el pelo largo ni los ojos azules ni un coche bonito cerca. Además, tienes un compromiso con una mujer que te ha dado un montón de cosas. Pronto te das cuenta de que seguir en ese espacio y ese tiempo tiene muy poco sentido.

El dinero no quita la felicidad... necesariamente

Jamás he escuchado a un millonario decir que el dinero no da la felicidad. Siempre se lo escucho a gente más o menos asentada, pero al fin y al cabo no pueden desligarse de su empleo sin renunciar a su nivel de vida. O sea, que ni son ricos ni pobres. Tampoco se lo he oído decir a una persona en la indigencia, pero es normal porque por lo general esta gente no tiene ningún altavoz para llegar a la opinión pública. Es cierto, por otra parte, que en mi círculo, en el que hay dos o tres personas con la vida resuelta, no tengo constancia de nadie que sea pobre de solemnidad. En el día a día, seguro que me cruzo con muchos pobres que podrían darme una lección sobre las cosas que proporcionan la felicidad, pero no tengo la oportunidad de compartir intimidades con ellos.

Los amigos y la esperanza

Friends will be friends, temazo de Queen. En alrededor de veintitrés horas he recibido dos llamadas y dos encuentros con amigos, que han sumado en total siete muestras de interés por mi existencia. Es mucho. Cada uno, a su manera. Desde la llamada de cuatro minutos aproximadamente hasta la velada nocturna de seis horas, pasando por un encuentro fugaz en un parque, con niños de por medio, con lo que mi importancia quedaba relegada a un tercer o cuarto plano, ya que los pequeños siempre acaparan las atenciones y, además, había un rencuentro entre tres amigos al que asistía como testigo.

Se toca o se teclea...

La derecha intelectual arriesga siempre (ironía). Me da rabia leer un título que termina en puntos suspensivos. Me han educado para echar pestes de un signo como otro cualquiera y por más que lo racionalizo, el mal ya está hecho. Bien mirado es el signo de puntuación más infrautilizado de la historia. A la gente le da vergüenza usar los tres puntitos seguidos, porque parece un recurso fácil, infantil, propio de adolescentes que empiezan a enviar SMS o what's lo que sea. ¿Por qué? Muy fácil: porque lo usamos todo el tiempo... en el lenguaje oral... sí, cuando hablamos... esto... cuando ponemos el idioma en movimiento... Estéticamente son feos, pero para feo, el ABC. Es, según mis estimaciones, el diario más feo del mundo (con permiso de la cabecera de 20 minutos). Además, molesta su insistencia en no mejorar: coges uno de ayer y otro de 1945 y no hay manera de distinguirlos. Misma estética, misma línea editorial... Son exactamente iguales, salvo por las firmas, aunque ha

Un país llamado listas

A la gente, sobre todo la que lee sin demasiadas ínfulas en plan fast-food , le encantan las listas: l os diez consejos para ligarte a tu cuñada, el top 10 de atractivos turísticos de Murcia, las mejores películas musicales del 1912... y la moda tenía que alcanzar a la literatura. Todo el mundo se puede imaginar que estas listas son, como mucho, el fruto del esfuerzo intelectual, la experiencia y, sobre todo, los gustos de un par de personas de una redacción. Sin embargo, parece que no importe mucho: el lector firma un pacto, más bien un cheque en blanco, para tragarse lo que sea con tal de que aparezca en forma de lista y venga en colorines e incluya fotos muy chulas.

Google ha muerto

Los inversores del imperio creado por los famosos estudiantes Page y Brin se partirán de risa si es que dan con este articulillo. Para ellos, como para los más tecnófilos, decir que Google ha muerto equivale a asegurar que Estados Unidos no tiene petróleo o que Alemania tiembla ante el futuro económico de España y Portugal. Sin embargo, no vengo a hablar de dinero. Más bien me refiero al Google original, el buscador que a principios del 2000 acabó con toda la competencia, porque puso bastante orden en el caos de la Red y logró, por momentos, lo impensable hasta entonces: darte los resultados que querías en muy poco tiempo. Además, podías usar tu lenguaje habitual y salir airoso obteniendo los resultados de eso que los expertos llaman búsquedas orgánicas (más o menos. resultados limpios, sin intervención de enlaces patrocinados ni publicidad). Por desgracia, el párrafo anterior sólo puede estar escrito en pasado. Lo dicho, Google, el buscador, ha muerto y, añado, su cadáver huel

Hasta siempre, Madiba

La muerte de Nelson Mandela, a los 95 años, nos obliga a dirigir la mirada a la realidad del país por el que pasó 27 años en la cárcel: Sudáfrica, una nación sumida en un régimen racista, herencia del salvaje colonialismo europeo de siglos anteriores, que Mandela democratizó con su ejemplo de lucha, esperanza y tolerancia. Tras ese lavado de imagen que intentó ser el Mundial de fútbol de 2010, la realidad de Sudáfrica volverá a la palestra y demostrará que, de nuevo, no basta un líder pacifista y carismático como Madiba para cambiar el curso de la historia.

Y yo quería...

Dedicado, sí, otra vez, a Antonio Machado; y un poco a mi padre, que quería que fuera profesor a los veintitrés años para asegurarme el futuro... cuando había futuro. Por supuesto, me negué a obedecerlo. Doce años después cumplí parte de su sueño, que ya es un pedazo de mi sueño. Que yo quería ser escritor, padre, que dar clases no me gustaba, que pensaba que era mediocre, que era muy fácil, que era conformarse. Que me he dado cuenta de que no, de que no tenían razón aquellos que me sentenciaron: sin vocación, ¡no podrás dar clases! Pues las doy, padre, y te diré la verdad: hay momentos en los que me siento muy útil, pero muy poco importante.

Lo que importa a los españoles

Dado que el diario más leído en España sigue siendo el deportivo Marca, y ya hace décadas que no hay manera de que otro periódico de interés más general lo desbanque, hay que acudir a su página web para hacerse una idea de qué es lo que más preocupa a los españoles. Y nos lo ponen fácil los amigos de Marca, porque tienen dos secciones, las de noticias más leídas y la de vídeos más vistos.

Simples recetas para humanizar el capitalismo (trece reglas de sentido común)

Como algunos sabéis, no tengo ni idea ni de micro ni de macroeconomía y, de hecho, soy incapaz de rellenar la declaración de la renta sin ayuda, pero hay algo que sí puedo hacer: usar el sentido común. Y esta vez no es el menos común de los sentidos, porque he tenido como punto de referencia en todo momento el blindaje de las necesidades básicas del más pobre de los ciudadanos. Espero, con mucha curiosidad, las críticas de parte de aquellas personas, que cargadas de conocimientos técnicos sobre finanzas y esa seudociencia que es la economía, vendrán a tumbar una por una todas mis propuestas. Soy consciente de que son vulnerables, pero también sé que en la mayoría de los casos, salvo errores flagrantes que cometa por ser demasiado ingenuo o ignorante, el espíritu de los críticos no tendrá en cuenta los valores en los que baso estas trece reglas: la igualdad de oportunidades para todo el mundo y la protección de los estratos sociales más débiles. Así que cualquier razonamien

En paz con nuestros mayores (los desheredados)

Hasta hace poco tiempo teníamos una ventaja sobre nuestros padres y abuelos. El mundo no ha cambiado demasiado en cincuenta o sesenta años, pero no hay duda de que los defectos del sistema se han exagerado, mientras que parece que los ideales de justicia, igualdad y libertad se han desvirtuado en los países donde mejor han ido las cosas (se da por supuesto que están instaurados y ése es precisamente el error). Y digo que teníamos una ventaja, porque desde que nos creímos que habíamos conseguido instaurar el estado del bienestar, algo que sólo han rozado las clases medias de algunos países del norte de Europa, automáticamente los jóvenes nacidos en las décadas de los setenta, ochenta y noventa conseguimos sobrevivir en el mundo laboral sin perder la dignidad. Desde luego que algunos sufrimos para abrirnos camino en el mundo laboral, pero conozco pocos casos de maltrato. Al menos, siempre teníamos la posibilidad de marcharnos.

La noche y el día de los difuntos

Dicen los sabios e ignorados ancianos, que por estar cerca de la muerte, tienen que saber, a la fuerza, algo más que el resto de los mortales sobre el otro mundo que en el más allá no divierten las tonterías de Halloween. Si acaso toleran tradiciones como la mexicana, siempre que no se convierta en un mero reclamo turístico, pero lo de Halloween exportado a todo el mundo les parece una soplapollez intolerable. En eso coincidimos los espíritus y yo, aunque me temo que mi preferencia por no usar máscaras ni emborracharme por las discotecas mundanas con una excusa tan peregrina viene marcada más por las costumbres de mi generación que por unas razones éticas.

Bajo la sombra de la gran bandera y contra la doctrina Parot

Agencia Reuters. Plaza Colón. 2005. Cada vez que los mismos de siempre van a la plaza Colón de Madrid a manifestarse, hay motivos de sobra para santiguarse o, dado que existe libertad de culto en España, llevarse las manos a la cabeza. Lo irónico del caso es que se amparan en su derecho democrático a reclamar los derechos... de los demás. Llama la atención, por ejemplo, que personas que no pueden tener hijos (hombres, clérigos, mujeres que ya no tienen el período, niños, etc.) se congreguen en lugares públicos por que otras personas den a luz en contra de su voluntad. Se autodenominan foro de la familia cuando sólo son antiabortistas y homófobos (haz clic en la palabra anterior) bien organizados. Porque en su ceguera ni siquiera captan que todos, absolutamente todos, procedemos de una familia. Incluso los huérfanos que se crían en un orfanato han tenido una familia de acogida (bien numerosa, por cierto), y quien opine lo contrario no tiene entendederas ni corazón. ¿O es que

La audiencia ¿La libre opinión del público o el dictado de unos pocos?

El presunto culpable de que Aída no se deje de emitir nunca. Nunca lo había visto de este modo, a pesar de que a muchos les puede resultar una obviedad. Pero quiero compartir esta reflexión: ¿quién asegura si un programa de televisión ha salido bien o mal? Debe de haber profesionales que dirijan, rijan, produzcan los contenidos, vamos, los hay, pero en última instancia ¿qué es lo que consigue darle alas o cortárselas a un programa? La audiencia. Entonces, me planteo la siguiente hipótesis: ¿es posible que si varios profesionales o el director del programa creen que su producto vulnera varias líneas rojas (de calidad, ética, lenguaje televisivo, etc.) la audiencia los condene al ostracismo o a la cola del paro?

Detresentrés: críticas urgentes para gente rápida (Gravity, Rush y Prisioneros)

Gravity: a simple vista, una película de pocos personajes envueltos en un diálogo con muchos silencios. Sobre todo, el fruto de un guión sin estrabismos que, pese a su aparente simplicidad (o por eso mismo), funciona como un reloj. La apariencia de la sencillez de la propuesta oculta un rodaje ultracomplicado. Los efectos lo son todo, pero cada uno de ellos es necesario para crear un ambiente opresivo en el que el espacio (como lugar y como Universo) y el tiempo crean la tensión mientras que los actores, a menudo dos (disculpa la imprecisión, pero no quiero caer en el “spoiler”), luchan por la supervivencia (por la propia, por la ajena y, por momentos, parece que de la especie). Es por ello que la tecnología punta y los instintos atávicos casan a la perfección. Lástima que la música rompa el silencio de un cosmos en paz, pero Alfonso Cuarón, que en esta película se arriesga mucho, no quiere apostar ni un milímetro de la tensión para conseguir su propósito: mantener al espectador

Ser español y no morir de asco

Este cuadro está incompleto y sus efectos no caducan. Los medios de la derecha española, que son mayoría, siguen en sus trece de considerarse los auténticos españoles y, por eso, dan lecciones sobre patriotismo cada día y, sobre todo, se han apoderado de la idea de España, como si sólo ellos tuvieran acceso al sancta-sanctorum donde reside la esencia de la españolidad. Asisto a sus intentos por dar cobertura a los actos del día de la Hispanidad, del 12 de octubre, y sólo veo militares y banderas. Y a mí ni me gustan los militares ni las banderas. Sin embargo, soy igual de español que los cerebros de Intereconomía, La Razón, ABC, etc. Además, demuestro ser más tolerante porque no me extraña que muchos catalanes quieran independizarse de España.

Estudiar Filología Hispánica en España (una visión parcial)

El pesado del Padre Islas. De niño y luego de adolescente hubo dos oportunidades en clase de historia para estudiar el Franquismo. Estaba dentro del temario oficial, estaba impreso en el libro (penúltimo tema) y se podía haber explicado sin problemas, pero siempre pasaba algo que nos dejaba a un tema y medio de distancia. Y lo mismo ocurría en los demás colegios e institutos a cuyos alumnos pregunté. Se podría comparar lo anterior con la literatura contemporánea cuando cursas Filología Hispánica. De nuevo, en la carrera he tenido dos oportunidades de analizar las obras maestras de finales del siglo XX. Sin embargo, ni nos acercamos. En la primera de las oportunidades llegamos hasta La colmena , que ya es quedarse atrás, porque incluso en el instituto tratamos  El  Jarama .

Crítica de Las brujas de Zugarramurdi: de más a menos

Tras a escuchar a Álex de la Iglesia su pacto secreto para intentar gustar al público a toda costa, entiendo qué es lo que falla en Las brujas de Zugarramurdi para que no acabe resultando una comedia memorable. Tiene un principio divertido y gamberro, tanto o más que su emblemática El día de la bestia, pero empieza demasiado vertiginosa e hilarante para lo que se avecina después de la segunda mitad del film.

Otro hito en la telemierda (telebasura's milestone)

¿Era la fábula de la raposa y la hormiga? ¿Y quién es quién? Sería la una y media de la mañana. Hacía zapping mientras bostezaba y en la pantalla apareció el rostro de la última trepa, la otrora concejala socialista, hoy exhibicionista Olvido Hormigos. Recordemos que es una señora cuyo mérito es haberse grabado un vídeo erótico para un supuesto amante juvenil y futbolista, que no contenta con que su vídeo rodara por todo Internet, aprovechó el tirón para apuntarse a varios reality shows a pesar de que lloraba en los programas por el sufrimiento infligido a sus hijos (ajenos a la faceta de pornostar Youtube de su mamá) y a su marido (al que algunos tachan de cornudo y otros de aprovechado). Uno de los canales que más cancha le ha dado, a ella y a otros muchos personajes con peor currículum, es Telecinco, de la fábrica de Berlusconi, el de toda la vida.

Carta al señor Pérez Rubalcaba

Apunte hacia la izquierda, aunque sea desde la derecha. Estimado señor Rubalcaba: Me dirijo usted como representante de la izquierda española. Quiero matizar el epíteto: no creo que el PSOE promulgue, y mucho menos lleve a cabo, política de izquierdas, pero hay mucha gente en España que se ha dejado abducir por esa idea del binomio del blanco o negro, de izquierda o derecha, que ha degenerado como ocurre con todos los binomios simplificadores. La gente se estanca en el dilema maniqueo de tener que elegir entre dos propuestas mayoritarias y ahora tendré que resumir mi versión del asunto para analizar cómo han llegado PP y PSOE a encarnar un binomio tan diverso como la Coca-Cola y la Pepsi o McDonald's y Burger King. A pesar de que en ese binomio hay muchos ciudadanos que lo consideran de izquierdas, el PSOE ahora mismo ocupa el ala derecha de la política española si lo comparamos con el panorama en el que se encontraba el país en 1978, cuando UCD era la derecha, hasta q

Grandes misterios de la liga BBVA y del fútbol español en general

Debería de estar hablando de Siria, pensarás, y te doy la razón. También podría hablar del otro centenar de guerras que se están dando en el mundo y no cuentan con el apoyo mediático. Pero la realidad es que Internet no sirve para saber más sobre el mundo, ni siquiera para realizar un acercamiento a la realidad. En cualquier caso, siempre estaría expuesto a la descarada perversión ideológica que realizan todos los medios. Además, no tengo tiempo material. En cambio, de fútbol todo el mundo habla y cada uno que abre la boca jura y perjura que tiene la razón por encima de cualquier entrenador y comentarista. Con tu permiso, me doy un respiro para tratar de algo aparentemente liviano, pero que quizá no lo sea tanto: nuestro fútbol, el de la liga BBVA. Tengo unos cuantos enigmas a los que no consigo dar respuesta. A ver si alguien me da la clave.

El yo siempre es deficitario

Allá donde se erosiona la cara norte de una ladera, quizá, más abajo y de forma casi imperceptible, se está labrando un prado. Igual sucede con un bosque quemado: lentamente se regenera. Quizá en otra cosa, porque aunque uno se encapriche de uno de los pinos y le tenga especial cariño, la naturaleza no tendrá en cuenta la pérdida de un árbol, simplemente regenerará las plantas que se perdieron en la medida de lo posible. Tal es así que, con toda seguridad, si los pinos fueron plantados por el hombre donde antes había, por ejemplo, alcornoques, puedes apostar a que aquel terreno quedará despojado de alcornoques, pero ese pino en el que trazaste tu promesa de amor, por más que lo desees, no volverá. Ni ningún otro como no sea que las autoridades se empeñen en replantarlos. Y si lo hacen al tuntún (como ocurre normalmente, pues se planta lo más rentable y no las especies endémicas), volverán a desaparecer, porque la naturaleza no obedece imperativos humanos. El concepto del yo está

Justin Bieber conduce un Ford Mustang en New York City comiendo chicken pizza

La imagen demuestra la relación entre Bieber y los coches. Mientras tanto, Miley Cyrus tomaba la curva por una calle de sólo One direction, por lo que se topó con el Honda Civic conducido por el jugador de la NBA Lamar Odom, que en ese preciso instante habla por teléfono con Stephen King. El bueno de Stephen se está poniendo morado de chocolate en su habitación individual, pero triple, del hotel de Chicago de cinco estrellas y media (marketing manda). En serio, Justin conduciendo con una pizza en la mano. Pero si no tiene carnet. Y con lo que la pizza engorda. Anda que… ¡No te jode! Menudo es el granuja. Lamar Odom acaba de contarle que tiene que ser Justin Bieber, porque iba vestido de Forever 21 y llevaba una gorra de Los Angeles Lakers, y sólo ese renacuajo puede combinar tan mal la ropa.

Refundar España para escuchar a Catalunya

Tuve la oportunidad de ver a los catalanes que defendían el derecho a decidir, clamaban por la independencia, manifestaban su desapego a la idea de España o todo lo anterior y, por lo que vi, era gente pacífica. Había más hastío que violencia en sus rostros. También esperanza y ciertos arranques de alegría, casi frenesí, ante la visión de un grupo unido por unas mismas ideas (más o menos). Por otra parte, escucho y leo que para el día de la Hispanidad algunos de los que van a celebrar el día de España en Barcelona pertenecen a grupos neofranquistas o neonazis, falangistas y violentos o todo lo anterior. Su idea es liarla e imponer unas ideas que sabemos dónde empiezan, pero ni ellos mismos han confesado dónde quieren acabar. Para conseguir montarla bien gorda vendrán de varios lugares de España y tratarán de hacer ruido, y espero que no haya nueces.

Postureo o pastoreo (esa chica guapa que viste como una pordiosera)

Paseos elegantes en las Ramblas en tiempos de hambre. Qué sensación tan extraña me da repasar las imágenes de las ciudades, prácticamente cualquiera de Europa, en los años 20 y 30, y ver gente de toda condición con sus trajes elegantes, sus complementos, incluyendo un sombrero de ala ancha. Vestir bien aunque no se tenga una perra gorda. Cada cual lo mejor que puede. Sobre todo los hombres, porque por desgracia las mujeres se quedaban en casa o empezaban a llenar las fábricas. Estas imágenes en blanco y negro que, por supuesto, no representan a toda la realidad de aquella época ni a todos los grupos sociales están ahí: se pueden ver en multitud de documentales, reportajes, fotografías, etc. y el cine lo ha plasmado casi sin querer en multitud de títulos de la época.

GTA V no es un juego para niños

He sido monaguillo antes que fraile. Es decir, he pasado por una redacción de una revista de videojuegos y desde hace más de cinco años me dedico a la docencia. De hecho, cuando nuestro Gobierno y la molt honorable Generalitat quieran, regresaré a los institutos y me dedicaré, primero, a educar a los alumnos y, en segundo lugar, a enseñarles inglés. Por este orden. Calculo que más de la mitad de mis alumnos de ESO (de 12 a 16 años) juegan a videojuegos con consolas de última generación, esto es, PlayStation 3 y Xbox 360 (dentro de unos meses, esta información quedará obsoleta: hay dos nuevas consolas a la vista). Deduzco, a su vez, que de este alto porcentaje de estudiantes, la mayoría, y no sólo los niños, querrá hacerse con el último título de la saga GTA: la tan esperada quinta parte.

El espíritu del 45: una mirada unidireccional y socialista

Nos están acostumbrando a documentales intimistas que encierran relatos de la vida cotidiana de unos pocos seres que, a su vez, transmiten sus sentimientos como si no fueran conscientes de estar delante de una cámara. Son metaficciones poéticas, muy bellas, en las que no parece pasar nada y al mismo tiempo ocurre todo lo que en realidad importa: los personajes ríen, lloran, divagan, van a la compra… De repente, aparece Ken Loach y te planta un documental panfletario de la vieja escuela: imágenes de archivo convenientemente seleccionadas, voz en off  entrevistas a cámara de supuestos protagonistas de la "revuelta" de izquierdas después de la II Guerra Mundial y, para finalizar, datos sobreimpresos en pantalla de la privatización de Gran Bretaña en tiempos de la Dama de Hierro y que no cesaron con el falso laborista que fue Tony Blair.

Malos tiempos para el PP: ¡ciudadanos al rescate!

Cuando los corruptos y sus cómplices se atrincheran en sus buhardillas de lujo, esculpidas y labradas con sudor y entusiasmo por las generaciones anteriores de ciudadanos, en su mayoría humildes, que no dan crédito a tanta desfachatez, porque todavía mantienen algunos valores y entre ellos no está la sinvergüencería, es cuestión de tiempo que la madera podrida, por más que la carcoma y la humedad se adhieran en las vigas, acabe por quebrarse. El PP se sabe en extinción. Producto de su tiempo, se ha acabado retroalimentado con tanta desmesura, que ya es una caricatura de sí mismo.

Ahora mismo Madrid 2020 es intragable

Supongo que si alguien malgastara el dinero en una encuesta, la gran mayoría de los españoles mostraría su entusiasmo para que Madrid albergue los Juegos Olímpicos de 2020. Alguno incluso donaría unos cuantos euros para apoyar una causa a la que se le ha dado más cancha que a cualquier iniciativa humanitaria de los últimos años. La corriente de pensamiento general viene a decir que, con exactitud matemática, todos los rincones del territorio español se verán beneficiados por el magno evento. No hay ningún estudio previo que lo garantice ni nadie que se atreva a demostrarlo, aunque sea por la cuenta de la vieja, pero lo han pintado como un hecho indiscutible. Ahora bien, me pregunto en qué beneficiaron las Olimpiadas de Barcelona 92 a Cuenca, Huelva, Murcia, Burgos, etc.

Dos grandes pintores para una ciudad pequeña

Una obra de Alguacil que recuerda a Monet. En la calle Pizarro de La Vila Joiosa, probablemente una de las arterias principales de la ciudad (o pueblo, los que me habéis leído sabéis que los uso indistintamente en referencia a mi lugar de nacimiento) hay abierto desde tiempos inmemoriales un taller de un gran pintor: Evaristo Alguacil. Casi sin anunciarse, muchos aficionados a la pintura han insistido hasta recibir sus clases y quién más o quién menos conoce lo más representativo de su trabajo, sobre todo al óleo, principalmente esas marinas tan personales, tan vileras y universales al mismo tiempo. Sin embargo, pocos, en relación a la categoría del artista, conocen bien la obra de Alguacil. Creen que es un señor que repite cuadros sobre las casas de colores representativas de La Vila o se dedica solamente al puerto y sus barcos de pesca. Es cierto, y él lo reconoce, que son parte de su sello personal y la gente aprecia estas pinturas por dos motivos: por su calidad y, además,

Un verano sin Internet

No sé cómo podían pasar el verano sin frigoríficos eléctricos nuestros bisabuelos. No lo sé. Ni tampoco logro concebir cómo les fue posible, incluso a mis abuelos que nacieron en el siglo XX, atravesar las dunas de los estíos mediterráneos sin agua corriente. Ni idea. Trato de entenderlo. Me hago una idea, pero no. Sí que he comprobado que se puede sobrevivir a los cuarenta grados de exterior con una buena ducha, el cuerpo al aire y una terraza por la que se cuela el viento desde todas las direcciones. El ventilador, invento del que nunca se habla, también sirve para vivir encierros veraniegos. O sea, que la ilusión de que es imposible pasar un verano sin aire acondicionado es sólo eso, un engaño de la mente.

La belleza femenina en tiempos del ocio

Prácticamente iguales, pero una es superguapa y la otra no. Claro que es algo relativo. En realidad, es bastante esclavo: sobre todo de modas, estereotipos, prefiguraciones de la realidad, el imaginario colectivo y tantas otras cosas intangibles. Antes del referente cinematográfico, antes incluso de esas fotografías que causaban furor entre los hombres adinerados (que hasta para tocar la zambomba fuera del horario comercial hay clases), las chicas guapas del pueblo se debían a cientos de referentes invisibles: la pintura de la virgen de tal iglesia, la estatua de la diosa del templo de la belleza, la hija del cacique que encabezó el desfile del Corpus, la bisabuela de no sé quién, la que logró que tres caballeros se batieran en duelo por ella, etc.

Dos blockbusters para arruinarte el verano: Guerra Mundial Z y Lobezno inmortal

Después de la secuencia inicial, lo mejor de Guerra Mundial Z. Tengo que decir que la primera de estas dos propuestas apocalípticas empieza con buen pie. La sensación de agobio, de verdadera opresión, está tan lograda que uno estaría dispuesto incluso a mandarle un helipcótero a Brad Pitt para que se salvara con su familia del atasco más terrorífico que he visto en años en una sala de cine. Luego, la película se convierte en un Pánico nuclear con actor negro incluido (¡y por suerte no es Morgan Freeman otra vez!) ocupando un puesto de responsabilidad que obliga al Rambo de turno, pero es Brad Pitt, a salvar a la humanidad de una horda de zombis que, virus mediante, se van contagiando unos a otros salvo en Israel (metáfora que prefiero no captar, porque o se le ha ocurrido a algún sionista fanático o es obra de un antisemita cobarde, aunque hay muchos protestantes que darían su brazo por Israel y muchos más que por cabrear a los musulmanes son capaces de lo que sea).

Escrito materialista

El mundo se vuelve materialista cuando se pierde la perspectiva entre el valor aproximado de un objeto y su coste real. Cuando se habla de ayudas al sistema bancario de miles de millones de euros, cuando se pujan millones por jugadores de fútbol, cada año una decena más por el crack de moda, y cuando uno no sabe que la camiseta que lleva cuesta en realidad 10 euros y ha pagado casi 90, porque es la versión oficial. Sucede también cuando un restaurante de lujo cierra sus puertas porque aseguran no poder afrontar la crisis sin mantener los precios que, juran y perjuran, son necesarios para dar un buen servicio, aunque te sirvan una lubina que hemos visto en el mercado por la mañana y sepamos su precio exacto y sumándole a la lubina, el foie de pato y las anchoas del cantábrico más los champiñones y la tarta de queso a nosotros nos salga una cantidad muy inferior a 150 euros aunque nos asignemos un generoso sueldo simbólico, aun tirando de imaginación.

A propósito de mi abuelo

Cerro de La Jamula (Granada). Reconozco que, a menudo, muchas muchas veces, escribir un artículo supone un golpe con el puño cerrado al aire que me sostiene en equilibrio. Como la vida en sociedad (en esta sociedad) consiste en abrirse paso a puñetazo limpio (y a patada y sable en cursos avanzados), los que no pegamos ni los sellos necesitamos hacer cosas que nos impidan caer en el bucle estúpido de hacer lo que todos hacen, pero sin limitarnos a soportar cómo nos llueven las hostias de los ignorantes que no respetan la diferencia. Se le llama catarsis, pero no es verdad. En mi caso no, porque no tengo la sensación de que esté produciendo más movimiento que el de mis propios dedos al escribirlo. Para que hubiera catarsis, los artículos tendrían que crear una especie de ola u onda magnética que afectase al movimiento de otros seres pensantes y éstos, a su vez, tendrían que lanzarme su propio eco. Sin embargo, hay una solución a este problema de incomunicación, y es mont

Ropa sí, libros no

Si paseas por la calle mayor y te encuentras con un escaparate colorista y atractivo que te fuerza a imaginarte tan elegante como Florentino Pérez o tan bella como Esperanza Aguirre, seguramente estás delante del principal reclamo de una tienda de ropa o de zapatos, que por algún motivo extraño no se consideran ropa. Por eso (bueno, la conclusión la sacarás después, ahora créeme), quedarse prendado de un escaparate de libros es una experiencia bien distinta. Si los libros te entran por la cubierta o por los fajines que colorean la portada con chorradas del tipo: "el nuevo Jonathan Franzen", "más excitante que un pasaje esotérico del mejor Dan Brown" o "instant classic", estás errando el tiro, muñeco.

¿Qué haremos sin Bretón?

La prensa nunca ha tratado de influir en el proceso. Durante varias semanas, los medios de comunicación españoles han realizado un seguimiento exhaustivo al caso Bretón, y entre descanso y descanso, han conseguido trasladar al ciudadano medio que quería estar informado a la sala de juicios para que participe en la vista oral de forma anticipada. En realidad, han sido muchos meses. Y, como si de un juicio interactivo se tratase, el ciudadano español ha tenido la oportunidad de ir modulando su opinión hasta que, mucho tiempo antes de que se celebrase el juicio, excepto los conspiranoicos*, todo el mundo ansiaba la condena de Bretón. De soslayo, el debate continuo ha seguido por derroteros que pensábamos agotados como la consideración de instaurar la pena de muerte.

Personas que desaparecen: un asunto que nos concierne a todos

Aproximadamente un millón de personas desaparece al año en los Estados Unidos y Reino Unido. Dadas sus buenas relaciones, estos países cruzan datos, pero no hay cifras sobre el total de gente desaparecida en el mundo. Esta circunstancia obliga a examinar país por país con la dificultad que esto acarrea, sobre todo en regímenes tan cerrados como China, Corea del Norte, etc. Tampoco hay que ser muy avispado para sospechar que a ningún gobierno le conviene dar la voz de alarma sobre el número de desapariciones. Una de las razones principales, por desgracia, es que este tipo de datos ahuyentan las inversiones extranjeras y crean incertidumbre en organismos internacionales. El caso de Australia es ejemplar. Sus autoridades mantienen esta página web  en la que los ciudadanos pueden denunciar nuevas desapariciones o aportar pistas sobre las personas listadas. Al año se denuncian unas 35.000 desapariciones, de las que el gobierno de Camberra asegura encontrar un 95 por ciento.

Evo Morales: aterriza como puedas (casi un monólogo)

Evo Morales supera a Tom Hanks por goleada. El ministro español de Exteriores debería llamar a consultas al embajador boliviano en Madrid. Qué desconsiderado Evo Morales, que no quiso invitar al señor embajador de Austria a subir a su avión a tomar un café. Hoy en día que por treinta céntimos tienes un capuchino en condiciones y no aquel café que te servían en Iberia, alguno tan antiguo que en vez de poso tenía las raíces más tiesas que un baobab. Al fin y al cabo, no acabo de entender este lío con el ex agente o colaborador, según quien lo cuente, de la CIA. Al final de la Segunda Guerra Mundial había más nazis en tránsito hacia Argentina que en las cárceles alemanas y nadie se dedicaba a inspeccionar barco por barco. También es verdad que los tiempos han cambiado. No me imagino en los años cuarenta que un presidente en su barco se negara a servirle un café a un embajador que pasara por allí con su bote, o que tuviera la deferencia de acercarse al puerto para transmitirle un

Mis hijos no irán a la universidad pública española

Esta foto es pura ficción. En Secundaria podría ser real. El título no miente. Puesto que no tengo descendencia, es más que probable que se cumpla mi aseveración automáticamente. Sin embargo, si se diera el caso y, dada mi experiencia en tres universidades españolas públicas diferentes, intentaría por todos los medios que mis hijos tuviesen unos estudios superiores que sirvieran para algo. Hablo de mi experiencia y no cito nombres, ni siquiera las universidades en cuestión, porque no quiero que nadie crea que soy un rencoroso. No busco culpables ni necesito desahogarme: sólo quiero alertar a los futuros estudiantes o a sus padres de que probablemente estén a punto de cometer el error más grave de sus vidas. Primera licenciatura. Tuve el honor de pertenecer a la primera promoción de una carrera en la que toda la universidad se volcó, aparentemente, porque le daba prestigio y, además, iba a acabar con el desempleo de los estudiantes que se graduaran. Por fin, un proyecto con fu

Adiós, princesa: rencor y morbo en un libro oportunista

David Rocasolano, abogado y autor de este dardo envenenado en forma de libro, se queja amargamente en muchas de las páginas de que su apellido pesa demasiado en España y, sin embargo, salta a la fama escribiendo una amalgama de memorias y ficción. Y lo hace asestando puñaladas a diestro y siniestro. La excusa: le han chantajeado con unos papeles que supuestamente él mismo quemó en su fregadero, obligado por su prima Letizia Ortiz y el mismísimo Príncipe de Asturias. Vaya, que de alguna manera el autor se ve abocado a colaborar con los poderes, por amor a su prima, y para salvar el buen nombre de la monarquía. Veremos que no es la única vez que Rocasolano declina su responsabilidad.

La bicicleta verde: libertad, mensaje y poesía sobre un árido escenario

Pese a las apariencias, es un film vitalista. Hablar de esta película desde el análisis, es decir, desde la razón fría con lo poco que sé de técnica cinematográfica o lo mucho que puedo contrastar esta obra con cientos de films aparentemente similares es hacerle poca justicia a una obra de arte. Sería como diseccionar un corazón en el tronco de un árbol. Y habrá quien se atreva y lo haga bien. Yo no. La bicicleta verde es, en primer lugar, poesía. De la infancia, de la inocencia y de las calles más ásperas que un europeo occidental habrá visto en su vida. Luego, es, además, un retrato de una sociedad, la saudí, y si se quiere, la de gran parte de los pueblos en los que impera una moral rígida religiosa, pongamos que hablo de la islamista, porque es la que regula el comportamiento de muchas sociedades como la de Arabia Saudí, pero se puede extrapolar a otras.

Varsovia, la capital de la melancolía (impresiones generales)

Intersección entre la Varsovia comunista y la medieval. No es nada raro encontrarse con pueblos unidos por la tragedia. En realidad, patriotas que se consideren triunfadores debe haber bien pocos y países que basen su unidad en el triunfalismo hay más de la cuenta (la mayoría mal informados, otros borrachos del pasado reciente). Los polacos parecen resignados a no tener demasiada suerte. Aunque los historiadores llenen las estanterías cada dos por tres con aquellas victorias añejas sobre el imperio otomano y otras escaramuzas poco duraderas. Otros hacen su labor de revisionismo histórico ensalzando la resistencia de Polonia ante las frecuentes invasiones, sobre todo de Rusia, pero me temo que es mayor el fervor romántico que la realidad.

El hombre de acero: empezar por Shakespeare para acabar con la PlayStation

A Zack Snyder le cuesta plantar una cámara y rodar una escena con actores de carne y hueso y sin efectos especiales de por medio. Cuando no le queda otra, siente la imperiosa necesidad de mover la cámara hacia donde sea, pero por poco tiempo, porque siempre tiene prisas en mostrar un plano más. Y otro. Y otro. El hombre de acero empieza de forma desconcertante. Parece otra película: una especie de Avatar ambientado en uno de los planetas de las últimas Star Wars. Y, sobre todo, empieza con un ritmo descomunal. Pura acción con un fuerte componente dramático. Algún día, alguien escribirá una tesis sobre el desconcierto que producen las películas, las obras en general, que se supone que van a ir por unos derroteros anclados en el imaginario colectivo.

David Navarro como profesor de inglés (declaración definitiva)

A mí no me concierne decir si soy buen o mal profesor, pero mientras ejerzo de profesor, e incluso más todavía cuando no estoy en activo, me preparo como profesional que soy. Llevo unos años con dificultades para trabajar en un instituto público por los famosos pero no menos crueles y dañinos recortes. Afortunadamente, y sin conocer a nadie del centro, un instituto privado concertado me dio la oportunidad de sustituir a dos profesores durante este curso. La experiencia fue muy buena y me animó a seguir intentándolo. De lo contrario, me habría quedado con el par de clases particulares que mantengo. Y eso es matar a un profesional. Sin embargo, me preocupa más el futuro que estos últimos años pasando carencias económicas. Y voy al grano, no consiento que se cuestione mi profesionalidad como docente de inglés por más opiniones controvertidas, bromas, ejercicios literarios o críticas y elogios que vierta en este blog.

El juicio popular en España

La juez Alaya sale cada día en la tele por guapa. En España, a diferencia de otros países, todos los juicios son populares. Ahora mismo es así. En primer lugar, porque el último escalón de la magistratura es elegido a medias entre el primer partido político y el segundo. En la actualidad manda el Partido Popular. Ergo, la última palabra la tiene el PP. Juicios populares, pues, en última instancia lo son todos. Una breve explicación si pinchas aquí . Segundo punto. Cualquier juicio que despierte la curiosidad de la prensa, por escabroso o por incluir entre sus partes a gente famosa, concluye antes de empezar.

The Pet Shop Boys, su último concierto y mi eterno dilema

Personalmente, aunque no me considero un experto en el llamado synth-pop, que es un estilo de música en el que predominan las cajas de ritmos y en el que los sintetizadores, los teclados, los samples y los efectos de sonido tienen un protagonismo absoluto, nunca he escuchado, ni por asomo, un álbum que iguale al segundo peor LP de los The Pet Shop Boys. Sospecho que no queda nadie con interés en el pop que los desconozca, pero por si acaso les puedo apuntar (sin Wikipedias de por medio) que desde mediados de los ochenta se han reinventado a sí mismos, siempre con un pie en las pistas de baile y otro en las canciones de tono crepuscular, reflexivas e incluso melancólicas.

El Papa Francisco, amordazado, pero aún vivo

Ser Papa y querer cambiar la Iglesia tiene un alto riesgo. A los que pensaban que tendrían al Papa Francisco hasta en la sopa, servidor incluido, les estará causando extrañeza la desaparición del nuevo pontífice de los medios de comunicación. ¿Quién sopla ahora los clarines y trompetas de oro que durante dos semanas nos anunciaron que había llegado el Santo Padre de los humildes? Ni siquiera el sacrosanto Telediario, el espacio de noticias de TVE, el más visto y creído de España, a las órdenes siempre del partido que gobierna (el católico PP), se hace eco de la supuesta revolución del argentino Bergoglio. Uno, que a pesar de los años pasados, sigue traumatizado con el escandaloso asesinato nunca juzgado, nunca investigado suficientemente, del papa Juan Pablo I, se temió lo peor en cuanto Francisco empezó a dar muestras de rebeldía.

Ni psicópata ni maltratador... y menos diagnosticado a distancia

Hay psicópatas simpáticos y psicólogos peligrosos. El concepto de normalidad, del que tanto se habla y del que nadie sabe encontrar una definición adecuada, es la excusa perfecta para enfrentarlo, como máximo referente, a todo un conjunto de patologías, problemas e incluso caracteres psicológicos que implican anormalidad y que sirven, como mínimo, para conseguir tres objetivos. 1) El más obvio es llenar la consulta de psicólogos y psiquiatras (con todo los beneficios económicos que acarrea para estos profesionales, terapeutas de cualquier condición y la industria farmacéutica). 2) El segundo es etiquetar a la persona que nos molesta, nos preocupa, nos jode o nos ha hecho polvo, de manera que asumimos el papel de víctima y nos quitamos todo rastro de responsabilidad de encima.