Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2014

Seguidillas arromanzadas a la reconciliación con un viejo amigo (JJ)

Son amigüitos, que diría ella. Las ansias de ver al amigo son sólo eso, ansias, y desesperar ante el reloj es mi sola desgracia. En los adentros de cada uno, el tiempo está enterrado y cuando uno cava en la piedra se estanca en el duro fango.

Llanto por mi ex amigo JJ

Eran pasadas las seis. Del sol, ni rastro. Las nubes negras. A las seis en punto, un teléfono mudo, la fe en el pasado aún despierta. La soledad me susurra al oído que no vendrá mi amigo a las seis y media.

Pessoa: un desencuentro. Portugal: una tragedia alemana

Resulta imposible explorar las calles de Lisboa sin pensar en Fernando Pessoa a no ser que seas lisboeta. Lo mismo se aplica a Joyce y Dublín, Gaudí y Barcelona, etc. Por Madrid han pasado tantos genios del mundo del arte y de la cultura que cada uno tendrá su personaje asociado a unas zonas de la ciudad, de manera que habrá quien busque a Valle-Inclán, Galdós, Velázquez o unos jovencísmos Dalí, Buñuel y García Lorca. Ninguno es madrileño de nacimiento, pero de los tres primeros no se puede decir que no representen una porción de la historia de Madrid. En Londres, París y Nueva York sucede lo mismo. Hay quien cree que persigue la sombra dickensiana en la capital inglesa, mientras otros juegan a detectives por Baker Street e incluso los habrá que se pierdan por los andenes de las estaciones buscando a un mago con gafas. Pero volvamos a Pessoa. Reconozco que mi fuerte no es la poesía. Necesitaría bajar un par de velocidades el ritmo de mis inquietudes para saborear los buenos poe

Esperanza Aguirre y otros motivos para incendiar España

Algunas payasadas de la realidad superan cualquier MarioKart . Una ex ministra y ex presidente de la comunidad autónoma más poderosa de un país, Madrid, y que crea que puede desafiar a la autoridad policial y se fugue tras cometer una infracción de tráfico y tumbar la moto de un agente... Los españoles pensábamos que esto sólo ocurría en los países que mirábamos por encima del hombro. Atrás quedaron los dorados años en los que nos compadecíamos de los pobres sudamericanos. Nuestros hermanitos pobres. La España imperial todavía se creía con la catadura moral para observar las corruptelas de Italia como si se tratara de un espectáculo dantesco. Y en Europa del Este, lo mismo, pero sin Martinis ni veleros por el Mediterráneo. Lejos quedan los años de pan y circo en que nos convencieron de que España era el modelo del país desarrollado: buena comida, buen clima, el paraíso del bienestar social, un Estado de derecho comme il fau t, Universidad casi gratuita para todos, trabajos de

Una rebelión anónima, inútil y libremente bella

La idea era ilustrar el texto con algo rebelde. Veo con tristeza que uno se acaba arruinando a sí mismo sin necesidad de que venga el enemigo a descabezarte. Tampoco esperamos a que el sistema nos aplaste. Somos autosuficientes para autoestrangularnos. En los momentos en los que reina la paz, llamamos a la guerra y cualquier objeto sirve como corneta. Cuando podríamos disfrutar de la libertad, nos atamos bien fuerte las argollas. Nos comprometemos con unos horarios y unas costumbres porque nos da la gana. ¿Por qué cenar en casita cada noche? ¿Por qué cenar? ¿Por qué quedarse en casa?

Responsabilidad para autoayudarse en el día a día

Sin restarle méritos, Freud ya ha caducado. Nos guste o no en algún momento habrá que aceptarlo: somos plenamente responsables de nuestros actos. Qué mal nos quieren los dañinos seres queridos que buscan el camino fácil: señalar al resto de la humanidad como culpables. Seguro que de pequeños nos hacían mil perrerías para que andáramos pronto y bien (por miedo a que saliéramos torpes o algo peor y, así, ellos mismos quedaran desacreditados como antorcheros del ADN bueno). Por eso, cuando nos caíamos le pegaban golpes simulados a la baldosa repitiendo con voz estúpida: "mala, mala, mala". Y los bebés lo repetíamos, claro. Creo que en el ejemplo anterior empiezan muchos dramas de cientos de miles de adultos.

Fins aviat Fayzan

Un faisà simpàtic i innocent, com tu. Benvolgut Fayzan , El teu non semblava el d’un ocell, dit en castellà, perquè tothom el pronunciava “faisán”. I el primer dia, me’n recordó com si fos avui, et vas presentar: "Hola, jo sóc Fayzan". Amb un to agut molt delicat i infantil, com el d'un ocellet. No sabies per què anaves a una mesquita i jo et tractava d’explicar les diferències entre el cristianisme i l’islam per fer-te veure, al meu pobre parer, quines coses estranyes trobaries en el món que t’envoltava a Barcelona. No sé si pagava la pena. Els adults compliquem massa les coses. Potser es pot viure sense que calgui trobar-li una explicació a tot.