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Mostrando entradas de junio, 2013

El hombre de acero: empezar por Shakespeare para acabar con la PlayStation

A Zack Snyder le cuesta plantar una cámara y rodar una escena con actores de carne y hueso y sin efectos especiales de por medio. Cuando no le queda otra, siente la imperiosa necesidad de mover la cámara hacia donde sea, pero por poco tiempo, porque siempre tiene prisas en mostrar un plano más. Y otro. Y otro. El hombre de acero empieza de forma desconcertante. Parece otra película: una especie de Avatar ambientado en uno de los planetas de las últimas Star Wars. Y, sobre todo, empieza con un ritmo descomunal. Pura acción con un fuerte componente dramático. Algún día, alguien escribirá una tesis sobre el desconcierto que producen las películas, las obras en general, que se supone que van a ir por unos derroteros anclados en el imaginario colectivo.

David Navarro como profesor de inglés (declaración definitiva)

A mí no me concierne decir si soy buen o mal profesor, pero mientras ejerzo de profesor, e incluso más todavía cuando no estoy en activo, me preparo como profesional que soy. Llevo unos años con dificultades para trabajar en un instituto público por los famosos pero no menos crueles y dañinos recortes. Afortunadamente, y sin conocer a nadie del centro, un instituto privado concertado me dio la oportunidad de sustituir a dos profesores durante este curso. La experiencia fue muy buena y me animó a seguir intentándolo. De lo contrario, me habría quedado con el par de clases particulares que mantengo. Y eso es matar a un profesional. Sin embargo, me preocupa más el futuro que estos últimos años pasando carencias económicas. Y voy al grano, no consiento que se cuestione mi profesionalidad como docente de inglés por más opiniones controvertidas, bromas, ejercicios literarios o críticas y elogios que vierta en este blog.

El juicio popular en España

La juez Alaya sale cada día en la tele por guapa. En España, a diferencia de otros países, todos los juicios son populares. Ahora mismo es así. En primer lugar, porque el último escalón de la magistratura es elegido a medias entre el primer partido político y el segundo. En la actualidad manda el Partido Popular. Ergo, la última palabra la tiene el PP. Juicios populares, pues, en última instancia lo son todos. Una breve explicación si pinchas aquí . Segundo punto. Cualquier juicio que despierte la curiosidad de la prensa, por escabroso o por incluir entre sus partes a gente famosa, concluye antes de empezar.

The Pet Shop Boys, su último concierto y mi eterno dilema

Personalmente, aunque no me considero un experto en el llamado synth-pop, que es un estilo de música en el que predominan las cajas de ritmos y en el que los sintetizadores, los teclados, los samples y los efectos de sonido tienen un protagonismo absoluto, nunca he escuchado, ni por asomo, un álbum que iguale al segundo peor LP de los The Pet Shop Boys. Sospecho que no queda nadie con interés en el pop que los desconozca, pero por si acaso les puedo apuntar (sin Wikipedias de por medio) que desde mediados de los ochenta se han reinventado a sí mismos, siempre con un pie en las pistas de baile y otro en las canciones de tono crepuscular, reflexivas e incluso melancólicas.

El Papa Francisco, amordazado, pero aún vivo

Ser Papa y querer cambiar la Iglesia tiene un alto riesgo. A los que pensaban que tendrían al Papa Francisco hasta en la sopa, servidor incluido, les estará causando extrañeza la desaparición del nuevo pontífice de los medios de comunicación. ¿Quién sopla ahora los clarines y trompetas de oro que durante dos semanas nos anunciaron que había llegado el Santo Padre de los humildes? Ni siquiera el sacrosanto Telediario, el espacio de noticias de TVE, el más visto y creído de España, a las órdenes siempre del partido que gobierna (el católico PP), se hace eco de la supuesta revolución del argentino Bergoglio. Uno, que a pesar de los años pasados, sigue traumatizado con el escandaloso asesinato nunca juzgado, nunca investigado suficientemente, del papa Juan Pablo I, se temió lo peor en cuanto Francisco empezó a dar muestras de rebeldía.

Ni psicópata ni maltratador... y menos diagnosticado a distancia

Hay psicópatas simpáticos y psicólogos peligrosos. El concepto de normalidad, del que tanto se habla y del que nadie sabe encontrar una definición adecuada, es la excusa perfecta para enfrentarlo, como máximo referente, a todo un conjunto de patologías, problemas e incluso caracteres psicológicos que implican anormalidad y que sirven, como mínimo, para conseguir tres objetivos. 1) El más obvio es llenar la consulta de psicólogos y psiquiatras (con todo los beneficios económicos que acarrea para estos profesionales, terapeutas de cualquier condición y la industria farmacéutica). 2) El segundo es etiquetar a la persona que nos molesta, nos preocupa, nos jode o nos ha hecho polvo, de manera que asumimos el papel de víctima y nos quitamos todo rastro de responsabilidad de encima.

Desastrosa y feliz juventud

En mi experiencia como profesor de secundaria sólo he visto signos de preocupación en la cara del tutor, contagiados luego a otros miembros de la plantilla, cuando han percibido que un alumno no era feliz todo el tiempo. Es que Fulanito lleva una semana sin sonreír apenas, en el patio no juega con los demás niños, en el grupo le han dado de lado y, lo que es más grave, el otro día respondió muy mal, con agresividad fiera, a la provocación de otro alumno.