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Mostrando entradas de febrero, 2014

La noche que la tele nos puso mirando a Pamplona (más conocido como La noche que la tele nos puso mirando a Cuenca (2))

En el anterior post prometí comentar qué es lo que nos perdimos enganchados al truco circense del mago Évole. Pues aquí va un resumen muy escueto y personal de esa noche de éxito para la televisión y seguramente de absurda pérdida de tiempo para la inteligencia. Principalmente, una entrevista jugosa del odioso Risto Mejide al ex presidente Zapatero.

La noche que la tele nos puso mirando a Cuenca (1)

El pasado 23 de febrero España volvió a estar más unida que nunca tras la primera victoria en la Eurocopa de 2008 (los dos triunfos posteriores pillaron a los nacionalistas en guardia y hubo quién no lo festejó). Y esta añorada España (por algunos) lo hizo, cómo no, frente a la tele. Fue también un 23 de febrero, en 1981, cuando el golpe de estado más chapucero de Europa y, probablemente, uno de los más rocambolescos del mundo, convocó a todos los españoles. Y de nuevo la televisión funcionó como catalizador, aunque primero fue la radio y la memoria me ha jugado una mala pasada (rectificación hecha).

La maldita moda de este invierno (AKA La crisis nos hará más cálidos)

Ojo, a ti podría quedarte algo peor. Un día cualquiera de noviembre no tenía ganas de abstraerme en uno de mis inquietantes viajes en el metro y como no podía hablar con nadie, pues todo el mundo parecía muy ocupado dándole a las teclas de su smartphone, leyendo su ebook o tras unos auriculares gigantes, me dediqué a observar qué ropa llevaba la gente. Repetí mi estudio privado más veces durante la misma semana y hasta hoy, con ocasión de tres viajes a diferentes ciudades, creo que ya puedo arrojar resultados reveladores. Siento no contar con Excels ni gráficas de apoyo. Ha sido una tarea de observación intuitiva y requiere de la confianza del lector en un observador casi profesional. En Barcelona, mi principal base de experimentación, el invierno está pasando sin pena ni gloria. Por respeto y un poco por costumbre las playas siguen vacías, pero cualquier día podrían amanecer cubiertas de toallas y sombrillas.

Peligro: avalancha de datos

Antes, me refiero a muchos años antes, la Humanidad tenía un grave problema: había opiniones que se convertían en dogmas y, por tanto, todo aquel que pensara diferente era un infiel o un cretino. Hace siglo y medio, más o menos, algunos intelectuales empezaron a rebelarse contra este sistema de castas. Unos desterraron el poder despótico de los señores feudales (en ocasiones para sustituirlos por otros déspotas, por ejemplo los burgueses), otros sacrificaron a sus congéneres intelectuales negando la importancia capital del saber y de la ciencia y algunos negaron la validez de las religiones. Unos por otros, allá por el siglo XX se empezó a universalizar la idea del relativismo.

Una liga que apesta en un país de mierda

La putrefacción de todo el sistema económico-empresarial de España (incluyendo Catalunya) produce monstruos como el escándalo de Neymar, que ha descabezado la presidencia del Barça y nos ha bajado a todos un poco la moral. El nivel de la marea de mierda afecta todos los campos, incluso los de fútbol, otrora oasis para olvidarse de las miserias del día a día.

La cuadrilla de merodeadores del metro

Foto de 2011. Ocho inspectores, según El Periódico. Van en grupos de doce a quince. Forman, en total, dos facciones. Cada una toma un tramo del túnel, allá donde se estrecha, donde no tienes escapatoria. Cuentan con máquinas capaces de saber dónde has estado en las últimas horas. Sitúan sus facciones en el plano donde coinciden como mínimo dos cámaras de videovigilancia. Tienen hasta cuatro guardias de seguridad armados hasta los dientes por grupo. A veces, incluso llevan dos perros adiestrados para capturar entre sus fauces las piernas más veloces del inframundo subterráneo.