Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2013

Ropa sí, libros no

Si paseas por la calle mayor y te encuentras con un escaparate colorista y atractivo que te fuerza a imaginarte tan elegante como Florentino Pérez o tan bella como Esperanza Aguirre, seguramente estás delante del principal reclamo de una tienda de ropa o de zapatos, que por algún motivo extraño no se consideran ropa. Por eso (bueno, la conclusión la sacarás después, ahora créeme), quedarse prendado de un escaparate de libros es una experiencia bien distinta. Si los libros te entran por la cubierta o por los fajines que colorean la portada con chorradas del tipo: "el nuevo Jonathan Franzen", "más excitante que un pasaje esotérico del mejor Dan Brown" o "instant classic", estás errando el tiro, muñeco.

¿Qué haremos sin Bretón?

La prensa nunca ha tratado de influir en el proceso. Durante varias semanas, los medios de comunicación españoles han realizado un seguimiento exhaustivo al caso Bretón, y entre descanso y descanso, han conseguido trasladar al ciudadano medio que quería estar informado a la sala de juicios para que participe en la vista oral de forma anticipada. En realidad, han sido muchos meses. Y, como si de un juicio interactivo se tratase, el ciudadano español ha tenido la oportunidad de ir modulando su opinión hasta que, mucho tiempo antes de que se celebrase el juicio, excepto los conspiranoicos*, todo el mundo ansiaba la condena de Bretón. De soslayo, el debate continuo ha seguido por derroteros que pensábamos agotados como la consideración de instaurar la pena de muerte.

Personas que desaparecen: un asunto que nos concierne a todos

Aproximadamente un millón de personas desaparece al año en los Estados Unidos y Reino Unido. Dadas sus buenas relaciones, estos países cruzan datos, pero no hay cifras sobre el total de gente desaparecida en el mundo. Esta circunstancia obliga a examinar país por país con la dificultad que esto acarrea, sobre todo en regímenes tan cerrados como China, Corea del Norte, etc. Tampoco hay que ser muy avispado para sospechar que a ningún gobierno le conviene dar la voz de alarma sobre el número de desapariciones. Una de las razones principales, por desgracia, es que este tipo de datos ahuyentan las inversiones extranjeras y crean incertidumbre en organismos internacionales. El caso de Australia es ejemplar. Sus autoridades mantienen esta página web  en la que los ciudadanos pueden denunciar nuevas desapariciones o aportar pistas sobre las personas listadas. Al año se denuncian unas 35.000 desapariciones, de las que el gobierno de Camberra asegura encontrar un 95 por ciento.

Evo Morales: aterriza como puedas (casi un monólogo)

Evo Morales supera a Tom Hanks por goleada. El ministro español de Exteriores debería llamar a consultas al embajador boliviano en Madrid. Qué desconsiderado Evo Morales, que no quiso invitar al señor embajador de Austria a subir a su avión a tomar un café. Hoy en día que por treinta céntimos tienes un capuchino en condiciones y no aquel café que te servían en Iberia, alguno tan antiguo que en vez de poso tenía las raíces más tiesas que un baobab. Al fin y al cabo, no acabo de entender este lío con el ex agente o colaborador, según quien lo cuente, de la CIA. Al final de la Segunda Guerra Mundial había más nazis en tránsito hacia Argentina que en las cárceles alemanas y nadie se dedicaba a inspeccionar barco por barco. También es verdad que los tiempos han cambiado. No me imagino en los años cuarenta que un presidente en su barco se negara a servirle un café a un embajador que pasara por allí con su bote, o que tuviera la deferencia de acercarse al puerto para transmitirle un

Mis hijos no irán a la universidad pública española

Esta foto es pura ficción. En Secundaria podría ser real. El título no miente. Puesto que no tengo descendencia, es más que probable que se cumpla mi aseveración automáticamente. Sin embargo, si se diera el caso y, dada mi experiencia en tres universidades españolas públicas diferentes, intentaría por todos los medios que mis hijos tuviesen unos estudios superiores que sirvieran para algo. Hablo de mi experiencia y no cito nombres, ni siquiera las universidades en cuestión, porque no quiero que nadie crea que soy un rencoroso. No busco culpables ni necesito desahogarme: sólo quiero alertar a los futuros estudiantes o a sus padres de que probablemente estén a punto de cometer el error más grave de sus vidas. Primera licenciatura. Tuve el honor de pertenecer a la primera promoción de una carrera en la que toda la universidad se volcó, aparentemente, porque le daba prestigio y, además, iba a acabar con el desempleo de los estudiantes que se graduaran. Por fin, un proyecto con fu

Adiós, princesa: rencor y morbo en un libro oportunista

David Rocasolano, abogado y autor de este dardo envenenado en forma de libro, se queja amargamente en muchas de las páginas de que su apellido pesa demasiado en España y, sin embargo, salta a la fama escribiendo una amalgama de memorias y ficción. Y lo hace asestando puñaladas a diestro y siniestro. La excusa: le han chantajeado con unos papeles que supuestamente él mismo quemó en su fregadero, obligado por su prima Letizia Ortiz y el mismísimo Príncipe de Asturias. Vaya, que de alguna manera el autor se ve abocado a colaborar con los poderes, por amor a su prima, y para salvar el buen nombre de la monarquía. Veremos que no es la única vez que Rocasolano declina su responsabilidad.

La bicicleta verde: libertad, mensaje y poesía sobre un árido escenario

Pese a las apariencias, es un film vitalista. Hablar de esta película desde el análisis, es decir, desde la razón fría con lo poco que sé de técnica cinematográfica o lo mucho que puedo contrastar esta obra con cientos de films aparentemente similares es hacerle poca justicia a una obra de arte. Sería como diseccionar un corazón en el tronco de un árbol. Y habrá quien se atreva y lo haga bien. Yo no. La bicicleta verde es, en primer lugar, poesía. De la infancia, de la inocencia y de las calles más ásperas que un europeo occidental habrá visto en su vida. Luego, es, además, un retrato de una sociedad, la saudí, y si se quiere, la de gran parte de los pueblos en los que impera una moral rígida religiosa, pongamos que hablo de la islamista, porque es la que regula el comportamiento de muchas sociedades como la de Arabia Saudí, pero se puede extrapolar a otras.

Varsovia, la capital de la melancolía (impresiones generales)

Intersección entre la Varsovia comunista y la medieval. No es nada raro encontrarse con pueblos unidos por la tragedia. En realidad, patriotas que se consideren triunfadores debe haber bien pocos y países que basen su unidad en el triunfalismo hay más de la cuenta (la mayoría mal informados, otros borrachos del pasado reciente). Los polacos parecen resignados a no tener demasiada suerte. Aunque los historiadores llenen las estanterías cada dos por tres con aquellas victorias añejas sobre el imperio otomano y otras escaramuzas poco duraderas. Otros hacen su labor de revisionismo histórico ensalzando la resistencia de Polonia ante las frecuentes invasiones, sobre todo de Rusia, pero me temo que es mayor el fervor romántico que la realidad.