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Mostrando entradas de enero, 2011

En la colmena

Hace la tira de años Camilo José Cela retrataba la sociedad del Madrid de los años cuarenta como una colmena compuesta por celdas que, a pesar de estar intercomunicadas, se convertían en la cárcel de sus moradores. Setenta años después, alguien podría escribir un libro similar sobre nuestro tiempo. Quizá, como le ocurrió al propio Cela, los escritores consagrados se han perdido en la inmensidad de su lujosa celda. Los que empezamos tenemos miedo a desentonar y, al mismo tiempo, queremos llamar la atención logrando un imposible equilibrio entre nuestra singularidad y los cauces bien definidos de lo que se escribe ahora.

Hasta pronto (me voy pero poquito)

Después de varias semanas de relativa intensidad, me voy a tomar un descanso. En realidad, lo que voy a hacer es dedicar el tiempo que le vengo dando al blog a algunos proyectos literarios que he dejado parados (aparte de trabajar, estudiar y lidiar con los imprevistos de la vida). Tanto si te han gustado mis artículos como si no, me sería de mucha ayuda que leyeras algunos de los posts anteriores. Te agradezco tu tiempo y me encantaría encontrarme con tus comentarios, sean favorables, críticos o negativos. En realidad, no pienso dejarlo del todo, pero no podré escribir artículos largos ni excesivamente documentados durante un tiempo. Si intervengo será para matar el gusanillo con artículos espontáneos y, seguramente, plagados de errores, erratas y con poca profundidad. Confío en que lo entiendas. Cuando vuelva del todo, publicaré un aviso en el blog.

Quizá merezca la pena capear el temporal y, acaso, disfrutar del viejo amor

A partir de los treinta, ya no sólo pesan los desengaños amorosos de uno, sino los de las personas que quieres. Algunos son inevitables e incluso positivos. Sin embargo, estoy convencido de que muchas rupturas se evitarían si los miembros de la pareja esperaran a que los nubarrones negros se disiparan. Y a veces es tan sencillo como dejar pasar el tiempo y mantener las distancias mientras la ira y el rencor se impongan a otros sentimientos. Afianzar una relación cuesta mucho tiempo, muchas energías y todavía más esperanzas e ilusiones. Quebrarla, en cambio, es tan sencillo como dejarse llevar por el desencanto de una mala época. Ocurre como con un ser humano. Piensa en todos los recursos que se han puesto en marcha para criar y educar a un adolescente. Piensa ahora en todo lo que tuvo que ocurrir para que dos personas decidieran concebir un hijo. Luego, intenta calcular todo el tiempo, dinero, recursos pedagógicos,cariño, etc. que ha sido necesario para hacer de un feto una persona. Si

Humoradas para pasar el rato

Por más años que viva, siempre tendré motivos para asombrarme. Estos días parece que a los españoles sólo les preocupa un asunto: la prohibición de fumar en los bares. Antes fue el linchamiento a los controladores aéreos; durante el verano, los toros en Catalunya; ahora toca poner el grito en el cielo sobre los derechos de los fumadores pasivos o activos. Pues vamos para allá. Seré obediente. Como era de esperar, en los medios de comunicación proliferan las opiniones de los indocumentados de siempre. Hay quien se atreve a vocear burradas como que la medida es antidemocrática. En el fondo, estoy convencido de que ni siquiera saben qué están diciendo. Al menos alguien con dos dedos de frente debería informarles, en los descansos de sus programas, que una ley que pasa por el parlamento y por el senado no puede ser antidemocrática. Los no fumadores y amigos de la salud, aunque adictos al pitillo, alaban la medida. Los demás se cagan en los muertos del gobierno español. Ni unos ni otros se

Di adiós a los dilemas y, de paso, al sufrimiento existencial

Los dilemas no son para tomárselos a broma. En realidad, cualquier elemento que te haga dudar, en el fondo te está poniendo en peligro. Se trata, pues, de elementos distorsionadores de eso que tanto te ha costado encontrar: el equilibrio. En mi caso, por el bien de mi salud y la de mis convecinos, he conseguido aislar los puntos conflictivos que más de una vez han llevado mi existencia a la zozobra y los he separado en binomios para facilitar la elección que deshaga el posible dilema. Por ejemplo, cuando voy de viaje y no quiero complicarme buscando un buen restaurante. Llega el primer dilema: ¿McDonald's o Burger King?. Dado que las hamburguesas de McDonald's huelen a colonia y las patatas me saben a cartón, he decidido optar por Burger King. Bien es cierto que la carne de esta cadena tampoco es un regalo para el olfato. A mí las hamburguesas me huelen a carne pasada. No mucho, dos o tres días, pero pasada. Sin embargo, lo prefiero al aroma a colonia. Por lo mismo que nunca me

Que alguien nos salve de la telebasura (por favor, sálvame)

Esto de la telebasura me recuerda a la tortura que consiste en horadar la cabeza del prisionero con constantes y, aparentemente inocuos, goteos. En algún país asiático todavía la practican, pero tampoco hay que ir tan lejos para saber qué ocurre con la dichosa gota: cualquier aficionado a la geología te podrá explicar que las sucesivas gotas terminan siempre en erosión (las más pertinaces en agujero). Los que vamos de listos hemos creído durante mucho tiempo que la gota de los programas televisivos que basan su éxito en exprimir la parte más visceral y oscura de nuestras entrañas -incluyendo la mierda- se puede evitar sin tener que echar mano de un buen paraguas. Uno, ingenuo, cree que se aparta de la tubería que derrama el líquido corrosivo día tras día y ya está. Sin embargo, quizá no estemos ante una cantidad determinada de tuberías que gotean y que se pueden esquivar con mayor o menor pericia a lo Mario y Luigi. Me temo que nos están atacando con un aspersor y en la medida en que e

Descreídos

Siempre me ha parecido que las personas religiosas o muy espirituales tienen una ventaja sobre el resto: la tranquilidad que les da saber que están viviendo una etapa de tránsito. Supongo que los instintos primarios les ganarán la partida alguna vez y que se enfrentarán a la vida como todos los demás, con preocupación, angustia, ilusión o euforia. De lo contrario andarían todo el tiempo en una burbuja y no se molestarían en bregar con los problemas mundanos. Al fin y al cabo, si sólo estamos de tránsito, ¿qué sentido tiene sufrir de insomnio por una enfermedad o una necesidad económica? Por otra parte, también se me ocurre que habrá una gran parte de este grupo de personas, religiosas o espirituales, que querrán vivir a tope, precisamente por eso, porque no les da miedo romperse la crisma en un barranco perdido. El caso es que siempre me he preguntado qué pasa por las cabezas de ese tipo de personas, cómo se toman el día a día. El otro lado, el de los descreídos, es el que mejor conozc

Los cinco peores jefes que me ha tocado sufrir

Quizá sea el artículo más largo que publique en el blog. Quizá os sirva de algo. Quizá sólo me sirva a mí para eliminar de una vez por todas el resentimiento. En cualquier caso, os presento a los cinco peores jefes de mi vida... hasta ahora. 5 Empezamos por el quinto. Es el responsable de una revista de cine. Aceptó mis colaboraciones sin hacerme ninguna prueba. Aquello me mosqueó un poco, pero como en el fondo me beneficiaba no dije nada y seguí trabajando, con una particularidad: el tipo sólo me enviaba e-mails con los artículos que necesitaba; en cambio se negaba a pasarme algo básico para un trabajador autónomo, las tarifas por los distintos tipos de artículos. Tampoco me comunicaba nada tras recibir los textos (lo normal es que se quejen de que va corto, largo, etc.). Lo más curioso es que ni siquiera llegó a decirme el número de caracteres aproximados de cada tipo de artículo, algo básico en el mundo de las revistas. Ni siquiera supe nunca si mi trabajo le parecía adecuado. El ca

El discurso del rey, una buena película

Olvida todo lo que hayas leído u oído sobre esta película. No es más que una historia de superación personal. Cualquier parecido con The Queen es pura coincidencia. El film de Friars sí tenía varias lecturas y una gran carga crítica con su buena dosis de mala leche. En El discurso del rey, en cambio, sabrás el final desde el principio y tendrás que usar una excavadora si pretendes ver cualquier atisbo crítico. Con todo, es una gran película. ¿Me contradigo? No, sólo he dicho que es muy previsible y conformista. Se adapta como un calcetín al sistema. El guión no podría molestar ni al mismísimo Torquemada y seguramente en Hollywood lo utilicen como plantilla para próximos proyectos. El mérito del film, pues, no está en la historia que cuenta. Se trata del cómo no del qué. Por un lado, las interpretaciones de los protagonistas (Firth y Rush) son memorables. Aviso: ver esta película en una versión doblada debería estar penado por la ley, aunque por suerte el estudio de doblaje ha hecho un

Toda la verdad sobre los efectos positivos de los centros comerciales en el ser humano

Los voy a enumerar cuidadosamente... hmmm, déjame pensar... vale, ya está: ninguno. En efecto, los centros comerciales generan puestos de trabajo y potencian el consumo... pero ¿eso es positivo? Trabajar no lo es, desde luego. Las necesidades no son positivas ni negativas, si acaso son necesarias. Tampoco resulta provechoso cobrar poco por echar muchas horas en trabajos que no suelen culminar las aspiraciones profesionales de casi nadie. Ahora vamos con el consumo. Cuando una persona entra en un centro comercial automáticamente se despiertan necesidades consumistas que o bien se encontraban en estado de letargo o bien surgen de los cantos de sirena del entorno. Pero, pensaréis muchos, el Gobierno, el Financial Times, el Banco Mundial, es decir, todos los organismos importantes del planeta están de acuerdo en que resulta imprescindible estimular el consumo. Las teorías macroeconómicas en las que se basan les dan la razón. Yo no. Si el Sistema se tiene que sustentar gracias a los veinte

Esperanzado

2011 empieza como terminó el año anterior y me temo que en el plano mundial nos esperan los mismos ingredientes: globalización a saco, mentiras mediatizadas, injusticias sin asomo de vergüenza y poco margen para creer que nos van a dejar asomar la cabeza bajo la pesada losa de la crisis, que es una excusa real, pero una excusa al fin y al cabo para jodernos la vida. Sin embargo, creo en el ser humano. Lo digo de veras. Matizo: no creo en la confraternización de los pueblos ni en llegar a dar y recibir amor como un predicador. Es más sencillo que todo eso: veo en los cuatro amigos de siempre, y sobre todo, en mi familia y mi pareja los asideros suficientes para dar las gracias por estar vivo. Y una forma muy sencilla, quizá poco épica y notoria, de demostrarlo es dejarme querer por ese puñado de personas y devolverles el cariño como bien pueda. Estas palabras no tendrían ningún interés para ti, lector o lectora, que sigues mis parrafadas con infinita paciencia si no fuera porque lo que