La imagen demuestra la relación entre Bieber y los coches. |
Mientras tanto, Miley Cyrus tomaba la curva por una calle de
sólo One direction, por lo que se topó con el Honda Civic conducido por el jugador de la NBA Lamar
Odom, que en ese preciso instante habla por teléfono con Stephen King.
El bueno de Stephen se está poniendo morado de chocolate en
su habitación individual, pero triple, del hotel de Chicago de cinco estrellas y
media (marketing manda). En serio, Justin conduciendo con una pizza en la mano.
Pero si no tiene carnet. Y con lo que la pizza engorda. Anda que… ¡No te jode! Menudo es el granuja.
Lamar Odom acaba de contarle que tiene que ser Justin
Bieber, porque iba vestido de Forever 21 y llevaba una gorra de Los Angeles
Lakers, y sólo ese renacuajo puede combinar tan mal la ropa.
A media luz, por culpa de esas noches con luna nueva, Stephen King se preguntaba si Justin habría comprado la
pizza en Domino’s, Papa John’s, Pizza Hut... De repente, se cortó la
comunicación tras un estallido violento, como si un demonio hubiese perpetrado
un cortocircuito en el móvil de Stephen King, que del susto arrojó el aparato
al aire.
En la entrada del hotel, Oprah Winfrey y Michael Jordan
llegaban para sumarse al acto en el que el escritor de novelas de terror más
conocido del mundo era la estrella principal.
El narrador omnisciente de este relato tendría que haber
tenido unos prismáticos para saber exactamente en qué parte del cuerpo golpeaba
el móvil y a quién de las cuatro personas le daba, contando el director del
hotel y un aparcacoches con traje de payaso.
Otra opción era tirarse por la ventana, pero no merece la
pena, porque nadie ha muerto nunca por culpa de un trasto de diez centímetros
por quince protegido por una cubierta de goma.
Puesto que esto sucedía en Chicago y el foco se quedó
contemplando cómo el teléfono volaba hacia la ventana, nada se sabe del
estruendoso choque de uno de los automóviles, recordemos, el Honda Civic de
Lamar Odom y el Chevrolet Corvette o Camaro que llevaba un misterioso
acompañante de la superpopular ex Hannah Montana.
De haber seguido la escena, y puesto que el coche de la chica iba por una calle con el rótulo One direction, el narrador tendría que haberse jugado la vida contra un Honda Civic a sesenta millas por hora en un tramo de Harlem mal asfaltado y peor iluminado.
En cuanto al narrador de la cámara dentro del Civic de Odom,
todo indica que se fue a hacer puñetas con el golpe, de lo que podemos deducir
que al menos el jugador de baloncesto sufrió un accidente brutal. De otra
manera no se entiende que haya aparecido en Google Trends, obligando al autor
de este esperpéntico relato a incluirlo como personaje.
El titular es sólo una especulación a partir de la conversación
telefónica entre el deportista y el novelista. El autor declina cualquier
responsabilidad sobre la mala traducción del relato, dado que una jauría humana
lo esperará a la puerta de su casa para
averiguar por qué chicken pizza y no pizza de pollo. En el fondo, es una pista
para saber de dónde demonios compró su fast food el joven cantante. Además, no
tendría sentido que una pizza sólo fuese de pollo. Está claro que se trata de
un reclamo comercial de la franquicia de marras que ha querido señalar que en
esa pizza la única carne que encontrarás será la que respeta las creencias de
musulmanes y judíos. Por eso el pollo es el animal que más veces muere al cabo
del día.
Todo lo demás es deliberadamente falso y está escrito con un
mal gusto que rivaliza con su falta de originalidad y nulo sentimiento. Sin
embargo, tú lo has leído.
Al escritor de este relato le complace saber que no es el único que se traga tonterías que no le gustan cuando navega por Internet.
NOTA: El uso del gerundio en el titular tiene más delito que
la maldita pizza.
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