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Mostrando entradas de mayo, 2012

La fortaleza mental no basta ante la crisis

Les llaman enfermedades mentales y, en realidad, lo son también del corazón. Una persona inteligente que acaba postrada en una cama, incapaz de ver el sol que se desliza por el cielo, incapaz de sentir apetito o de demostrar alegría ante la sonrisa de un niño, tiene un problema más allá de lo racional. Le pueden diagnosticar mil tipos de depresión, ansiedad, manía o lo que bien estimen los doctores de cabecera, psicólogos, psiquiatras, curanderos, homeópatas...

El indiscutible e inútil derecho a no decir nada

Es poco ladrador, pero muerde. De entrada, no presentar la propia opinión resulta inútil de cara a los demás, pero reconozco que puede hacer mucho bien a la salud del que se calla. Dicen que hay que sacar la energía negativa, que hay que cabrearse (en román paladino), pero también se sabe que la violencia genera violencia y no hay ninguna más dañina que la que uno mismo se inyecta en vena. A mí me parece que esto va impreso en el carácter de cada cual. Es como un chip. Por ejemplo, mi caso: no podrán hacerme callar si no es con una mordaza, pero conozco mucha gente que prefiere pasar por la vida sin decir ni mu. Hasta ahora hemos visto que tanto una postura como la otra tiene sus pros y sus contras. Ninguna novedad. Casi todo en la vida es así. Sin embargo, yo le encuentro dos objecciones.

El paradigma de la Tita Espe

La Tita Espe, siempre por la deportividad. Dice la tita Espe sobre la posibilidad de que el público de la final de la Copa del Rey manifieste su disconformidad con los símbolos de España, que si silban al himno o a la bandera española, o al Príncipe de Asturias, ella suspendería el partido para que se jugase a puerta cerrada. Desde su (i)lógica, voy a proporcionarle unas cuantas ideas para paliar problemas siguiendo el paradigma de Esperanza Aguirre. Botellón: Subvencionemos el alcohol en los bares y logremos que ofrezcan cinco cubatas por el precio de uno; ya verás, Tita Espe, como los jóvenes no beben en las calles. De paso, jorobemos a los paquistanís y chinos que se forran con tanto jovenzuelo borrachuzo.

Consultorio: para qué sirve una persona

Estrenamos sección. Dicen que sólo los necios se atreven a dar consejos y yo no quiero quedarme atrás en mi propia necedad. Así que dirige tus consultas en forma de comentario en el blog o escríbeme a mi correo electrónico: si puedo darte una respuesta, lo haré; si no,  créeme, lo mejor será que no hablemos nunca más del asunto. ¿Las reglas? Muy sencillas: tengo total libertad para rechazar las cuestiones que no me apetezca tratar y, en el caso de aceptar el reto, puedo publicar tu consulta y mi respuesta cuando me venga en gana. Nada de lo que diga aquí sustituye a la consulta con un profesional. Yo no soy más que un tío que escribe. Confío en tu buen criterio. Ah, y por favor, ni te molestes en recordarme que me escribiste. Me desespera la desesperación de los demás. Primera consulta... Hola David: Soy tocayo tuyo y tengo un problema: a menudo me siento muy mal y me encuentro deprimido. Nada de lo que me aconseja el psicólogo me estimula y aunque sé que debería levantar el

La indestructible naturaleza del 15M

Pasaron, pero no los desalojarán. En alguna parte leí una analogía sobre el poder de la naturaleza. Ante una tormenta devastadora, ¿Qué resiste más: un árbol recio o la frágil hierba? Visualiza el árbol de tronco robusto, enorme, muy difícil de talar. Y ahora contempla un tallo finísimo de hierba que un niño rasga con poco esfuerzo. La tormenta parece aglutinar el poder de las formas primigenias de la naturaleza. El árbol más vigoroso cae y la hierba se empapa, se zarandea mil veces, pero persiste. Es decir, oponerse al avance natural de los elementos no sirve para nada. Las tormentas, la lluvia, el viento, el ciclo de la vida (incluida la muerte) y los sentimientos, sí las emociones, son imparables. Los árboles, los toldos, las tiendas de campaña, un grupo de manifestantes y los argumentos lógicos se pueden contrarrestar, aplacar e incluso aniquilar. Pero no así la naturaleza ni el espíritu de los manifestantes.

Érase una vez una novela sin publicar

El cine y la literatura han conseguido solidificar dos imágenes muy socorridas sobre el novelista. En una vemos al escritor sentado junto a una vidriera con vistas al lago. Usa una máquina de escribir tan bonita como vieja, pero no se cansa demasiado porque enseguida se levanta y se baña junto a una chica de portada del Playboy. En la otra, el escritor tiene todos los vicios conocidos, vive en un cuartucho sin ventanas y debe humillarse para que el casero le perdone otro mes de alquiler. Siempre tiene el pelo largo y presenta una barba de cinco días. Como si para afeitarse fuera necesario heredar de la Duquesa de Alba.

Grupo 7: el mejor policíaco español

A este paso Antonio de la Torre va a tener que aprender francés y cruzar los Pirineos. El cine español se le queda corto. Y eso que de vez en cuando llegan películas muy estimulantes como Grupo 7 . A la nueva película de Alberto Rodríguez ( 7 Vírgenes ) le sobran motivos para convencer en la taquilla, pero se ha quedado a mitad de camino para convertirse en un film memorable. No quiero que se me malinterprete. Grupo 7 es una de las mejores películas españolas de los últimos años. Está muy buen interpretada y mejor montada . Además, su guión acentúa la psicología de los personajes a pesar de que la acción apenas se detiene en ningún instante. Aparte, la localización en una Sevilla atemporal durante los años ochenta de la droga dura logra que uno se pregunte si lo que está viendo en la pantalla es real o ficción.

10 días para desaparecer

Dicen que es de cobardes. Será así. De toda maneras, a mí me gustaría vivir fuera del tiempo y del espacio actual. Una especie de retiro momentáneo. Pero radical: sin contacto alguno con los demás. Por suerte comprendo el nivel de egoísmo que encarna este deseo. Además, estoy demasiado atado emocionalmente a una decena de personas que me importan sobre todas las demás, sobre todas las cosas, sobre mí mismo. Quizá este deseo nunca cristalice. Y quizá sea lo mejor. Puede que negocie los permisos y el dinero para diez días. Únicamente diez días de mi vida. ¿Algún candidato para explicárselo a mi madre? No os lo recomiendo.

La democracia no era esto

Señores políticos: Esto no va nada bien así. El clamor popular es ya un grito y vosotros hacéis como que no oís. Escuchad: cada vez que el pueblo sale a las calles a manifestarse, tenéis la obligación de dar la cara y tender puentes de comunicación con la ciudadanía. No vale ningunearlos. Tampoco entrar en guerras de cifras. Y mucho menos sacar pecho y abusar del poder. Porque el poder emana del pueblo.

Los vengadores asaltan la taquilla sin justicia

Tranquilos, no salen todos. Los que leemos cómics de superhéroes nos dejamos llevar por el carisma de los protagonistas de los tebeos. Ya puede estar bien escrita la historieta, o mejor ilustrada, que si los personajes no nos motivan, no echamos mano al tebeo. Excepto si te toca por motivos profesionales, claro. Aparte, tenemos nuestras filias y fobias. A mí, por ejemplo, me saturan las viñetas saturadas de personajes (fuerzo la repetición para que te agobie como a mí), pero soy consciente de que hay mucha gente a la que no le ocurre. De lo contrario, La Patrulla X y Los Vengadores no habrían cosechado el éxito que tienen... en todo el mundo. En España, se acaba de estrenar Los vengadores, un film que trata de aglutinar lo mejor (supongo) de las historietas de un grupo de personajes que, para bien y para mal, carecen de carisma entre los lectores españoles. Y eso que son unos cuantos superhéroes.