No me extenderé demasiado, pero dado que le dieron el premio supuestamente más prestigioso del mundo, y puesto que se lo dieron por su faceta de pacifista, Barack Obama no merece ese galardón.
Si hay un milímetro de cordura en este mundo de intereses, en este gran circo de monos enmascarados, deben retirarle el Nóbel de la paz al presidente del país más poderoso de la Tierra porque ha coordinado una ejecución sumaria que acarrea el incumplimiento de varias leyes internacionales.
Medallita al soldado ejecutor. Bombardeo en Yemen. Injerencias reiteradas en las cuestiones internas de las naciones soberanas. Presiones para que la OTAN intervenga en Libia. Un larguísimo etcétera de motivos de alcance internacional.
En su país, Barack Obama no piensa acabar con la pena de muerte ni con el maltrato sistemático a los inmigrantes ni con una forma de vida que sólo tiene en cuenta el dólar, hasta el punto de que sólo tienen derecho a una sanidad de calidad los más acaudalados.
El Premio Nóbel de la paz no tendrá ningún valor mientras lo siga poseyendo un político cuyo único valor contrastado es el de ser negro y hablar con moderación. Más allá de eso, y suponiendo que sus buenas intenciones no sean otro argumento de la misma farsa, Obama no merece tan alta consideración en los anales de la Historia.
Si hay un milímetro de cordura en este mundo de intereses, en este gran circo de monos enmascarados, deben retirarle el Nóbel de la paz al presidente del país más poderoso de la Tierra porque ha coordinado una ejecución sumaria que acarrea el incumplimiento de varias leyes internacionales.
Medallita al soldado ejecutor. Bombardeo en Yemen. Injerencias reiteradas en las cuestiones internas de las naciones soberanas. Presiones para que la OTAN intervenga en Libia. Un larguísimo etcétera de motivos de alcance internacional.
En su país, Barack Obama no piensa acabar con la pena de muerte ni con el maltrato sistemático a los inmigrantes ni con una forma de vida que sólo tiene en cuenta el dólar, hasta el punto de que sólo tienen derecho a una sanidad de calidad los más acaudalados.
El Premio Nóbel de la paz no tendrá ningún valor mientras lo siga poseyendo un político cuyo único valor contrastado es el de ser negro y hablar con moderación. Más allá de eso, y suponiendo que sus buenas intenciones no sean otro argumento de la misma farsa, Obama no merece tan alta consideración en los anales de la Historia.
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