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Escritura pseudoautomática a modo de diario para vagos y maleantes

Monólogo interno mientras miro las noticias en la televisión y no me parece que sea de recibo que utilicen un lenguaje siempre impactante, nunca verdadero. Por ejemplo hablan de la tragedia de la inmigración a propósito de una patera hundida en la costa de Almería y a mí me surge la duda: ¿cómo sabemos qué o quién hace naufragar esas pateras? Y antes de eso, perdón por el caos, he visto a los partidos políticos con su farsa de siempre. La justicia está politizada y, sin embargo, ha hecho más justicia el Tribunal Constitucional, dividido entre militantes con toga de PP y PSOE, que el Supremo, algo menos politizado. Hablo de Bildu. Son sospechosos, pero eso no los convierte en culpables. Así que bien por la inclusión de sus listas. Espero que no le den la razón al PP. Estos pensamientos me causan dolor de cabeza. De hecho, en cuanto Aznar o Rajoy asoman por mi cabeza, me la colapsan. No puedo con esta gente... Cambio de canal.

Así que pienso en la posibilidad tangible de comerme una pizza junto a una persona especial que tengo a aproximadamente dos metros. Como se mueve tanto, me es imposible calcular la distancia exacta.

También tengo que limpiar un poco mi madriguera y ponerme a estudiar algún tema de las oposiciones, preparar las clases de la semana que viene, estudiar para la carrera, hacer algo de vida social, hacer ejercicio, leer y escribir un poquito. Ser bueno. Eso siempre. Es lo que más me cuesta.

La videoconsola me mira desconfiada: no lo vas a conseguir, ingenuo. Acabarás abrazado a mí como un niño a la teta de su madre.

A todo esto descubro un e-mail que me cae como una bomba: una amiga se ha casado en secreto. Me molesta tanto que descubro a tiempo que estoy siendo egoísta. Me alegro, pues, por ella. Hay que quererse mucho para no montar un bodorrio espectacular. Al fin y al cabo una boda a largo plazo implica raciocinio, pacto, planificación y todas esas palabras que me hacen pensar en la materia gris, enemiga del corazón.

Sigo mirando la televisión que parlotea sin parar. Me declaro hasta los huevos de las mentiras sobre los abusos de Estados Unidos. Son dinosaurios que se visten de corderitos ante la mirada de todo el mundo. Cómo hemos llegado a esto... ¿O es que siempre ha sido así?

Fin del experimento... por ahora.

PD: Lo he corregido un poco, así que no es escritura automática. Al fin y al cabo, tampoco los diarios cibernéticos (blogs) son diarios. No pongo ninguna imagen para que parezca más auténtico. Si has llegado hasta aquí y te he desilusionado, no lo siento: la vida está llena de sorpresas desagradables. Además, qué coño, ni Joyce escribía sus paridas sin corregirlas antes (aunque parezca mentira, nadie ha conseguido entender y disfrutar de su Ulises. Y quien lo asegura, miente).

PD2: 15 millones de euros se gastan en la Feria de abril de Sevilla de este año. Hay que joderse. Esto no hay quien lo entienda.

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