Al final, no estaba en una cueva. |
Hoy habrás visto los restos de sangre en la casa-búnker de Bin Laden. Ya sabes que lo han matado de un tiro en la cabeza, aunque nadie ha presentado pruebas ni del asesinato ni del asesinado.
No te preocupes, porque dentro de poco se filtrarán unos comentarios del ejército, de la CIA o del propio Obama que te darán alguna pista más.
Más tarde aparecerán imágenes borrosas, realizadas con un mal móvil. Con un poco de paciencia, incluso podrás ver un vídeo de la operación.
Finalmente, aunque lo hayan tirado a los tiburones, sabrás el punto exacto donde se ha depositado el cadáver del supuesto Bin Laden.
Si el espectáculo pierde fuelle, puede que unos buzos clarividentes pesquen los restos del hombre más buscado del mundo hasta ayer.
El más difícil todavía viene ahora: muerto el perro, se acabó la rabia, por lo que ya le puedes decir adiós a la crisis económica y a las invasiones de países. Empieza un nuevo ciclo. ¿Peor o mejor? Para los de siempre, mejor, sin duda. Para el resto, se moverá en la misma línea de un régimen de explotación globalizado, pero tengo la sensación de que nos aflojarán el nudo de la soga.
Muy bien, guardianes de Occidente, misioneros de la guerra, ahora le toca a Gadafi. Que tiemblen los que vendrán después.
En estos momentos la industria del entretenimiento está que arde: los diarios preparan sus reportajes; Hollywood, sus películas; las televisiones, sus documentales y nuestros políticos nos van a brindar otra dosis de terror porque los terroristas islámicos van a querer vengar a su líder. Qué bien se dirige a las masas cuando les atenaza el miedo.
Y, como de costumbre, no será del todo mentira, pero tampoco será toda la verdad.
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