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Si no sabes qué libros regalar, regala clásicos

Maravilloso libro.
Ya sé que esto de regalar por regalar, aunque se trate de libros, es demasiado agresivo. Incluso te puedes sentir gilipollas por realizar algo que, quizá, te apetezca hacer unos días después o a tres meses vista.

Depende de ti. Sin embargo, regalar un libro nunca es tirar el dinero. Puede ser caro, eso sí, porque casi todo el mundo se abalanza sobre las novedades. Es lógico. Son los libros que mejor se exponen en las mesas de las librerías. Sus autores y títulos suenan y en la portada suele aparecer una fajita recordándote que es el no va más para no sé cuántos críticos o que ha ganado un premio muy prestigioso... O dos.

Me referiré a los libros de ficción, casi todo novela, pero ahí afuera hay ensayos muy interesantes (Onfray, Lipovetsky), obras de teatro, etc.
Si no estás al día del mundillo editorial, no te la juegues. Siempre hay una serie de caballos ganadores: Joan Marsé, Eduardo Mendoza, Paul Auster, Almudena Grandes, etc. pero incluso con tan sabia elección es posible que no aciertes con los gustos de la persona obsequiada.

Échale morro y acude a los clásicos. No elijas una edición barata, sino la mejor que encuentres. En este caso, la mejor no es la más ilustrada ni la de mayor formato, sino la que viene avalada por una introducción interesante y bien anotada para que el lector no se sienta desamparado en ningún momento.

Si sabes con toda seguridad que tu ser querido no conoce La regenta, El Quijote, El Lazarillo, etc. Ya tienes el libro perfecto.

Además, hay libros de Pérez Galdós excelentes. De hecho, excepto los Episodios nacionales, sus novelas siempre gustan. Pío Baroja es más irregular porque escribió mucho, pero ahí estás tú con tu capacidad de elección. Y si no has patentado ninguno, siempre puedes usar el método Navarro para elegir un buen libro: te lees las tres primeras páginas; luego, eliges varias de enmedio; y terminas escogiendo otras tres a veinte páginas del final. Si las lees de buen grado, estarás acertando con tu libro.

No te la juegues con Cela: tiene libros muy raros. De Delibes casi todo es muy bueno, excepto sus libros de caza y El tesoro. Tampoco te deberías equivocar con García Márquez (salvo La hojarasca y El otoño del patriarca todo me parece grandioso) y qué decir de Vargas Llosa (lo he leído menos, pero es la calidad garantizada). De todas maneras, podemos ir más lejos.

Los realistas rusos: Tolstoi, Gogol, etc. siempre son una buena opción. Al fin y al cabo se trata de ese tipo de novelas que difícilmente se pueden disfrutar con un préstamo bibliotecario. Me refiero a su abultado volumen.

Quién dice Dostoievski, dice Dickens, Zola, Balzac y Henry James.

Y por qué no, Julio Verne y Robert Louis Stevenson, pero ojo con las ediciones que eliges: que no sean adaptaciones y que vengan, si puede ser, con un estudio previo.

Luego hay escritores clásicos más contemporáneos como Coetzee, Amis, Kureishi, Maalouf. Cada uno con su estilo propio.

No te olvides de los cuentos. A mí me parece que Benedetti, también un grandísimo poeta, es uno de los mejores cuentistas del siglo XX, con permiso de Julio Cortázar, claro. ¿Y qué te parece Ignacio Aldecoa? Los mejores cuentos españoles del siglo pasado. Tampoco están nada mal los de Carmen Martín-Gaite, por cierto.

Y la poesía. Descúbrele a un amigo original, Jesús Lizano, y te matará a abrazos. Hazte con una buena antología de Miguel Hernández u opta por Marzal, Gil de Biedma, Ángel González, Pepe Hierro. Hay mucho donde elegir. Y casi nadie compra poesía.

Si conoces el género novelesco favorito del obsequiado, lo tienes más fácil. Cualquier librero profesional te recomendará lo mejorcito entre la novela negra, la histórica, la romántica, etc, claro que también será lo más nuevo y, por tanto, lo más caro. Ten en cuenta que mientras la novela negra está en auge, el resto de géneros anda de capa caída, sobre todo el de terror y el histórico. Las novelas rosas y de ciencia ficción ni siquiera intentan despegar.

¿Algo más moderno? Kiko Amat, Javier Calvo, Gregorio Barba, Martínez de Pisón, Marta Sanz, Enrique Vila-Matas, Javier Tomeo (he dicho modernos, no jóvenes), Paul Auster (siempre Auster), Sofi Oksanen, Amélie Nothomb... Quedarás muy bien, porque quizá no los conozca.

La gran novela americana, es decir, estadounidense, también tiene su público: Tom Wolfe, Philip Roth o el joven Jonathan Franzen.

Un poco más underground son Don Delillo o Brest Easton-Ellis (sobre todo Luna Park, espectacular).

Claro que tienes escritores muy solventes, de esos que suenan a todo el mundo pero se conocen poco, como Manuel Vicent, Molina-Foix, Belén Gopegui...

Si optas por opciones tan populares como Saramago o Javier Marías, ojea bien el contenido del libro. No por resultar conocidos, son fáciles de leer.

Olvídate de fachas tramposos como César Vidal, Pío Moa y similares. Ningunea a los oportunistas Lucía Etxebarria, Espido Freire y, sobre todo, al baboso Juan Manuel de Prada. De Pérez-Reverte quédate con El pintor de batallas. Es su única novela excelente.

Aunque, y con esto autodestruyo mi propio artículo, lo mejor es sin duda descubrir un libro cualquiera de un autor desconocido que, por lo que sea, te recuerda a esa persona o te enamora por algún motivo especial. No lo dudes, cómpralo. Al fin de cuentas en un regalo el gesto lo es todo.

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