Podría ser el películón. |
En vísperas de la Semana Santa, las distribuidoras han sido cautas a la hora de lanzar novedades interesantes. Al contrario que la semana pasada, sobresalen dos películas de entre el ramillete de estrenos. Sin embargo, por motivos distintos, ni una ni otra pasarán a la historia del séptimo arte.
A mí particularmente me gustaría ver las dos. Me refiero a lo nuevo de Duncan Jones (Moon), Código fuente, porque promete un espectáculo de ciencia ficción sesuda, y Carlos, el biopic del temible chacal, que ha sido podada casi a la mitad para quedarse en 2 horas y media del material destinado en principio a una serie de televisión. Del resto no me interesa nada.
Código Fuente
Dirigida por Duncan Jones. Interpretada por Jake Gyllenhaal, Michelle Monaghan, etc.
Viajes en el tiempo, desafíos intelectuales y diversos momentos de thriller altamente voltaíco para mantenerte pegado en la butaca. Esto, amigo, hay que verlo desde una butaca de cine. Me temo que mucha gente saldrá espantada del centro comercial si se esperaba algo menos bizarro. Aconsejan no tomársela al pie de la letra.
Caperucita Roja (¿A quién tienes miedo?)
Dirigida por Catherine Hardwicke. Interpretada por Amanda Seyfried, Shiloh Fernandez, etc.
Tiene toda la pinta de un ejercicio hueco de reciclaje de materiales viejos para nuevos espectadores. La historia original, trasladada a ritmo de thriller para adolescentes con hombres lobo y bosques de videoclip, sólo tiene un destino: el aburrimiento.
Carlos
Dirigida por Olivier Assayas. Interpretada por Édgar Ramírez, Alexander Beyer, etc.
Esforzado retrato de las andanzas del terrorista Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos. Al parecer, su pase por el circuito de festivales atrajo el interés de los críticos, aunque ya venía podada, pues el proyecto iba destinado a convertirse en una serie de televisión. Ahora, la han tenido que recortar más para su estreno en salas comerciales. A pesar de las ausencias, que se notarán, merece la pena si te gusta el cine con sabor a intriga y cuerpo de documental.
Una dulce mentira
Dirigida por Pierre Salvadori. Interpretada por Audrey Tautou, Nathalie Baye, etc.
No debería dejar de ser una comedia romántica más. Su aparente distancia con respecto a los productos made in Hollywood quizá se deba más a un defecto de forma (o de presupuesto) que a un acierto.
Hop
Dirigida por Tim Hill
Dibujitos con personas, esa mezcla letal que raramente repercute en el bien del espectador. Me temo que no es La bruja novata, ni siquiera ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Recuerda más a intentos como Space Jam, pero con más traca de fondo, si cabe.
Justin Bieber: Never Say Never
Perpetrada por Jon Chu
Es el único estreno al que me tendrían que llevar esposado y con un par de motosierras apuntando a los párpados. Se comercializa como documental, pero es un panegírico infumable de este cantamañanas heredero de todos los niños que cantan, desde Joselito a Hannah Montana.
Cartas a Dios
Una incógnita. Explico por qué. Cada vez que se estrena una película con aires de espiritualidad o, directamente, un mensaje religioso, como es el caso, los críticos se posicionan según sus creencias. Mal por ellos y por sus lectores, porque no están siendo profesionales. Y si te fías de las opiniones de los espectadores, casi que peor, porque los beatos son muy cumplidores y enseguida rellenan Internet con sus enormes listas de clichés cinematográficos que alaban cada uno de los minutos del film. Me mantendré cauto: si detestas todo lo que huela a religión, quédate en casa.
Conclusiones:
El peliculón: Quizá Carlos, pero con muchos interrogantes
El blockbuster para gafapastas: Código fuente
Las tentaciones del adolescente: Caperucita roja y Justin Bieber...
La más romanticona: Una dulce mentira
La procesión va por fuera: Cartas a Dios
La de los peques: Hop
La peor: Justin Bieber: Never say never
NOTA: Este artículo no tiene ningún valor. Su credibilidad es ninguna. Pero se trata del método que yo utilizo antes de ir al cine: leer algunas críticas, ver unas cuantas imágenes, curiosear sobre sus creadores, actores, etc. y, si expusiera mis conclusiones de forma breve, más o menos quedaría como escribí arriba. Si no te gusta la idea, piensa en El método Estivil. Todos los papás y mamás se interesan por lo que dice ese hombre en sus libros (clonados unos de otros) y nadie se ha parado a pensar si realmente lo aplicó a sus hijos o no. El caso es que funcione. Según vaya viendo las películas, añadiré una línea encabezada por la palabra ACTUALIZACIÓN en la que resumiré mi crítica del film para ver si se adecua a mi pronóstico inicial.
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