Cuando ya se había convertido en un tópico hablar de la metamorfosis del Zapatero que comenzó cumpliendo sus promesas y que últimamente parecía un espía de la derecha, el leonés ha dado otra lección de principios. Ha anunciado su marcha, a pesar de que él sabe, y todos sus compañeros de partido deberían saber, que fue el único hombre capaz de llevar la ilusión a un país sumido en la depresión post-aznarista.
Me voy a mojar: con una oposición responsable y sin los zarpazos de la peor crisis mundial desde el crack del 29, seguramente José Luis Rodríguez Zapatero se habría ceñido a su programa. De haber sido así, las clases desfavorecidas, las que más interesan a la verdadera izquierda (lejos de etiquetas de siglas), habrían mejorado su nivel de vida. Pongo la mano en el fuego.
Su fracaso es también el fracaso de un sistema macroeconómico e hipercapitalista que nos tiene vendidos a las altas instancias. La gran y asquerosa paradoja: nadie quiere que el Estado intervenga en la economía estatal, pero todos vivimos intervenidos por el sistema bancario y financiero mundial.
Ha cometido muchos errores. El principal, haberse negado a admitir la importancia de la crisis a pocas semanas de las anteriores elecciones. Una estrategia que olía demasiado a la que el PP acostumbra a utilizar.
Considero que, en general, el actual Presidente del Gobierno ha sabido transmitir una voluntad de cambio real, todo lo real que se puede en una guerra bipartidista donde tienen más peso los compromisos mediáticos y financieros, e incluso los asesores de imagen y los estrategas en la sombra, que la propia capacidad de un líder político.
No creo que la Historia ensombrezca a José Luis Rodrigo Zapatero como a Suárez, que se fue cuando tenía el agua hasta el cuello, ni como a González, tachado por la X del Gal y salpicado por su cohorte de sinvergüenzas, ni por supuesto como a Aznar y su eterna máscara puesta a la venta al mejor postor.
La Historia hablará del primer Presidente de Gobierno español en Democracia en ser más recordado por sus aciertos que por sus errores.
Si la sociedad japonesa se ha puesto en contra de su Gobierno por el desastre natural y el nuclear; no nos ha de extrañar que los españoles culpen a Zapatero de una crisis macroeconómica, heredera de una nefasta cultura del trabajo y de unas bases socioeconómicas tercermundistas, que nadie hasta ahora ha podido mejorar. Ni siquiera Zapatero, todo hay que decirlo.
El PP ha aprovechado el anuncio para exigir elecciones anticipadas. Cómo saben que dentro de poco la crisis irá a menos. Qué seguros están de que les conviene aprovecharse del mal momento de España para sacar su rendimiento político. Vamos, lo de siempre. En sus demagógicos discursos ya empiezan a difundir que España se quedará un año en completo desgobierno. Por la misma regla de tres, puesto que Aznar sabía que sólo gobernaría durante dos legislaturas, los últimos cuatro años estuvimos desgobernados. Ojalá husiese sido así.
Claro, que utilizar los mecanismos de pensamiento del PP requiere de una mala inquina bien programada y mejor premiada. Igualmente, impostada, mentirosa y ruín. Supongo que hay que nacer en determinados ambientes y tener cierta predisposición genética a golpe de "caras al sol" y buenas prebendas.
Por supuesto, en el PSOE habrá un proceso de primarias para elegir a su sustituto. En otros partidos políticos supuestamente democráticos eligen a los candidatos a dedo. La terrorífica duda: ¿el de dedo de quién?
Me voy a mojar: con una oposición responsable y sin los zarpazos de la peor crisis mundial desde el crack del 29, seguramente José Luis Rodríguez Zapatero se habría ceñido a su programa. De haber sido así, las clases desfavorecidas, las que más interesan a la verdadera izquierda (lejos de etiquetas de siglas), habrían mejorado su nivel de vida. Pongo la mano en el fuego.
Su fracaso es también el fracaso de un sistema macroeconómico e hipercapitalista que nos tiene vendidos a las altas instancias. La gran y asquerosa paradoja: nadie quiere que el Estado intervenga en la economía estatal, pero todos vivimos intervenidos por el sistema bancario y financiero mundial.
Ha cometido muchos errores. El principal, haberse negado a admitir la importancia de la crisis a pocas semanas de las anteriores elecciones. Una estrategia que olía demasiado a la que el PP acostumbra a utilizar.
Considero que, en general, el actual Presidente del Gobierno ha sabido transmitir una voluntad de cambio real, todo lo real que se puede en una guerra bipartidista donde tienen más peso los compromisos mediáticos y financieros, e incluso los asesores de imagen y los estrategas en la sombra, que la propia capacidad de un líder político.
No creo que la Historia ensombrezca a José Luis Rodrigo Zapatero como a Suárez, que se fue cuando tenía el agua hasta el cuello, ni como a González, tachado por la X del Gal y salpicado por su cohorte de sinvergüenzas, ni por supuesto como a Aznar y su eterna máscara puesta a la venta al mejor postor.
La Historia hablará del primer Presidente de Gobierno español en Democracia en ser más recordado por sus aciertos que por sus errores.
Si la sociedad japonesa se ha puesto en contra de su Gobierno por el desastre natural y el nuclear; no nos ha de extrañar que los españoles culpen a Zapatero de una crisis macroeconómica, heredera de una nefasta cultura del trabajo y de unas bases socioeconómicas tercermundistas, que nadie hasta ahora ha podido mejorar. Ni siquiera Zapatero, todo hay que decirlo.
El PP ha aprovechado el anuncio para exigir elecciones anticipadas. Cómo saben que dentro de poco la crisis irá a menos. Qué seguros están de que les conviene aprovecharse del mal momento de España para sacar su rendimiento político. Vamos, lo de siempre. En sus demagógicos discursos ya empiezan a difundir que España se quedará un año en completo desgobierno. Por la misma regla de tres, puesto que Aznar sabía que sólo gobernaría durante dos legislaturas, los últimos cuatro años estuvimos desgobernados. Ojalá husiese sido así.
Claro, que utilizar los mecanismos de pensamiento del PP requiere de una mala inquina bien programada y mejor premiada. Igualmente, impostada, mentirosa y ruín. Supongo que hay que nacer en determinados ambientes y tener cierta predisposición genética a golpe de "caras al sol" y buenas prebendas.
Por supuesto, en el PSOE habrá un proceso de primarias para elegir a su sustituto. En otros partidos políticos supuestamente democráticos eligen a los candidatos a dedo. La terrorífica duda: ¿el de dedo de quién?
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