Un estudio conjunto de las universidades de Almendralejo, Puerto Banús y Princeton ha desmentido de una vez por todas que los hombres tengan el cerebro en el pene.
Aunque se sospechaba desde hacía tiempo que el minidisco duro del cerebro masculino ubicado en la cabeza sólo servía para almacenar imágenes pornográficas, estadísticas de fútbol y poca cosa más; se desconocía el motivo por el cual todos los hombres heterosexuales tiraban su vida por la borda al conocer a una mujer hermosa.
Para averiguarlo, 500 hombres, cosidos a electrodos, se quedaron, uno por uno, a solas y encerrados en una habitación con Eva Mendes y Beyoncé. Las pruebas desvelaron que cinco de ellos sólo intentaron conversar con ellas (al final reconocieron que eran gays), y que el resto usó el dedo gordo del pie izquierdo para estudiar, de arriba a abajo, la anatomía de las mujeres antes de decidir el momento de abalanzarse sobre ellas. A continuación, el propio dedo liberó una sustancia tóxica que provocó, aparte de una erección inmediata, una batería de tópicos de ligón de playa, además de causar cambios sustanciales en los sujetos, concretamente, el enrojecimiento de la piel y una amnesia completa al preguntarles por su estado sentimental.
Los científicos estudian en estos momentos cuál es el motivo de que haya tanto hombre cabezón. Si se confirma que se trata de una mutación genética, no se descarta usar las células abuelas para inaugurar una nueva generación de hombres sin cabeza. El minidiscoduro podría ir instalado en un testículo para desterrar la espantosa frase "con dos cojones".
Cachondeo News
Aunque se sospechaba desde hacía tiempo que el minidisco duro del cerebro masculino ubicado en la cabeza sólo servía para almacenar imágenes pornográficas, estadísticas de fútbol y poca cosa más; se desconocía el motivo por el cual todos los hombres heterosexuales tiraban su vida por la borda al conocer a una mujer hermosa.
Para averiguarlo, 500 hombres, cosidos a electrodos, se quedaron, uno por uno, a solas y encerrados en una habitación con Eva Mendes y Beyoncé. Las pruebas desvelaron que cinco de ellos sólo intentaron conversar con ellas (al final reconocieron que eran gays), y que el resto usó el dedo gordo del pie izquierdo para estudiar, de arriba a abajo, la anatomía de las mujeres antes de decidir el momento de abalanzarse sobre ellas. A continuación, el propio dedo liberó una sustancia tóxica que provocó, aparte de una erección inmediata, una batería de tópicos de ligón de playa, además de causar cambios sustanciales en los sujetos, concretamente, el enrojecimiento de la piel y una amnesia completa al preguntarles por su estado sentimental.
Los científicos estudian en estos momentos cuál es el motivo de que haya tanto hombre cabezón. Si se confirma que se trata de una mutación genética, no se descarta usar las células abuelas para inaugurar una nueva generación de hombres sin cabeza. El minidiscoduro podría ir instalado en un testículo para desterrar la espantosa frase "con dos cojones".
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