Tan peliculero título viene a colación de la cena que nos han servido esta noche. La cabeza de Rajoy o la de Rubalcaba. Es lo que parecen vendernos los carniceros de la tele.
Sin embargo, a mí me parece que la cena antropófaga se va a dar entre los protagonistas del "gran debate". En realidad, uno cenará, y el otro pondrá la materia prima.
Sólo una úlcera como un puente de Calatrava evitará que Rubalcaba se cene a Rajoy de pies a cabeza.
El punto débil del gallego es, como ya demostró contra Zapatero hace casi cuatro años, algo tan básico como establecer una discusión. Sin duda, la falta de diálogo en su partido genera líderes y minilíderes con problemas a la hora de tratar con la prensa enemiga. No digamos ya si se trata de mantener un careo con la oposición (esto no es una opinión: el funcionamiento interno del PP no es democrático).
La suerte que tiene Rajoy (o quizá se trate de algo más que de suerte) es que en realidad no hay debate posible con este formato televisivo. Más bien, se trata de un monólogo a dos voces que se suceden. O sea, que eso de que Rajoy teme el cuerpo a cuerpo con Rubalcaba es falso, porque el cántabro tendría que saltarse el protocolo para conseguir sacar de su fortaleza a don Mariano.
Si yo fuera Rubalcaba sacaría el ariete desde el primer minuto, porque a Rajoy le traicionan los nervios.
¿Y qué ocurrirá si el pedagógico político socialista decide portarse bien y no logra unos minutos de debate real?
Pues que se lo cenará de todos modos. Rajoy tiene otro problema más grave que no saber discutir. Incluso peor que su poco dominio de sí mismo. Sencillamente, Mariano Rajoy no sabe hablar, o al menos, no sabe hablar para las cámaras. Le cuesta seguir el hilo de un discurso que le envían programado antes y durante su intervención. Probablemente no se crea siquiera parte de lo que dice. Como lo de su famosa niña.
Ahora no pienso pedir el voto para los socialistas. Aunque creo que el PP no lo habría hecho mejor en su situación. De todas formas, sí me gustaría que te hicieras esta reflexión: ¿de verdad vas a dejar que un ser tan incapaz como Rajoy gobierne un país?
Sin embargo, a mí me parece que la cena antropófaga se va a dar entre los protagonistas del "gran debate". En realidad, uno cenará, y el otro pondrá la materia prima.
Sólo una úlcera como un puente de Calatrava evitará que Rubalcaba se cene a Rajoy de pies a cabeza.
El punto débil del gallego es, como ya demostró contra Zapatero hace casi cuatro años, algo tan básico como establecer una discusión. Sin duda, la falta de diálogo en su partido genera líderes y minilíderes con problemas a la hora de tratar con la prensa enemiga. No digamos ya si se trata de mantener un careo con la oposición (esto no es una opinión: el funcionamiento interno del PP no es democrático).
La suerte que tiene Rajoy (o quizá se trate de algo más que de suerte) es que en realidad no hay debate posible con este formato televisivo. Más bien, se trata de un monólogo a dos voces que se suceden. O sea, que eso de que Rajoy teme el cuerpo a cuerpo con Rubalcaba es falso, porque el cántabro tendría que saltarse el protocolo para conseguir sacar de su fortaleza a don Mariano.
Si yo fuera Rubalcaba sacaría el ariete desde el primer minuto, porque a Rajoy le traicionan los nervios.
¿Y qué ocurrirá si el pedagógico político socialista decide portarse bien y no logra unos minutos de debate real?
Pues que se lo cenará de todos modos. Rajoy tiene otro problema más grave que no saber discutir. Incluso peor que su poco dominio de sí mismo. Sencillamente, Mariano Rajoy no sabe hablar, o al menos, no sabe hablar para las cámaras. Le cuesta seguir el hilo de un discurso que le envían programado antes y durante su intervención. Probablemente no se crea siquiera parte de lo que dice. Como lo de su famosa niña.
Ahora no pienso pedir el voto para los socialistas. Aunque creo que el PP no lo habría hecho mejor en su situación. De todas formas, sí me gustaría que te hicieras esta reflexión: ¿de verdad vas a dejar que un ser tan incapaz como Rajoy gobierne un país?
Comentarios
mas bien vamos a ver hoy los payasos de la tele, con todo teatrizado y nada natural y espontaneo
una frasa que ha costado 550.000€ a los contribuyentes
Ni será un debate real ni estamos todos representados.
El espectáculo será todavía más triste cuando alguno de los dos logre preguntarle algo al otro y éste conteste un rollo memorizado tomándonos el pelo más todavía.
Iba a escribir otro artículo después del debate y he cambiado de opinión durante el día. No se lo merecen.
Disculpas por romper mi palabra.