Escenas de un granjero cruel. |
En los programas afiliados de Telecinco (diferentes perros, mismo collar) se ha hablado mucho del posado de Terelu Campos: primero se burlaron de ella y cuestionaron los retoques de las imágenes; luego juntaron todos los comentarios viperinos para montar un debate y, finalmente, la noche del sábado en La noria le hicieron un fabuloso lavado de imagen. Total, que de ser la Peggy musa de Botero pasó a ser una verdadera heroína del movimiento libertario feminista. Ver para creer. Incluso alabaron su carrera como periodista seria e independiente.
La semana pasada terminó el programa Granjero busca esposa, que consistía en seguir con la cámara a todas partes a una cuadrilla de lugareños con la misión de convivir con hasta tres mujeres distintas para al final escoger una. De todos los momentos impagables de esa España que nos negamos a reconocer, me quedo con la cumbre de la crueldad: el momento en el que un tal Román, gordito y gracioso, permite que una chica se vaya porque tiene epilepsia. Ella se lo confiesa para evitar malentendidos, le anticipa que comprenderá que la rechace por ese motivo y él la manda a casa. Bravo. Pierde la epiléctica. Gana el imbécil. Enhorabuena.
Yo no sé si este programa, mezcla de reality y de reportaje costumbrista, hizo disfrutar a la audiencia a lo largo de las semanas. Supongo que sí, porque a la gente le encanta ver a los demás hacer el ridículo. El caso es que aparte de la anterior muestra de humanidad se pudo ver a un chaval que sólo pensaba en la posibilidad de trincarse a las candidatas (y si no, la expulsaba), un pastor que iba de John Wayne y trataba a las chicas como ganado, o el señorito andaluz que se limitaba a tocarse las narices mientras saboreaba a una de las aspirantes por sus curvas (ni falta que le hacía hablar con ella). Vamos, el sueño de cualquier machista: aluvión de mujeres dispuestas a todo por muy poquito.
El Dioni, mejor persona que granjero. |
Los programas informativos, como siempre, copiándose los unos a los otros, rellenando el espacio con anécdotas de la CNN y la FOX que nos traen al pairo y tirando de la crónica de sucesos. Se habla de la crisis y de las próximas elecciones, pero el tiempo justo para no molestar, y sin entrar en análisis profundos.
Paralelamente, Intereconomía saca a sus bestias del averno mediático a lucir sus colmillos. Y venga decir barbaridades. Incluso se toman la libertad de recomendar el voto al PP. El tipo del parche, el pedante escritor obeso, Mario Conde y un largo etcétera de caraduras. Les llaman TDT Party, aunque bien parecen la casa de los horrores (el vídeo del final del artículo te dará algunas pistas).
Entre tanta porquería hay que reconocer el mérito al programa Salvados de la Sexta por la valentía de su equipo al enfrentarse a todas las trabas de los aparatos políticos. Lo triste del asunto es que tenga que ser un espacio de humor el que intente ir hasta el fondo de las cloacas que dan sustancia a los estamentos de control de este país, desde los partidos políticos hasta las grandes empresas. Sí, Salvados supura izquierdismo cañí por los cuatro costados, pero ¿acaso hay algún periodista fiable que esté dispuesto a mantear las miserias del Sistema desde la derecha? Si lo hay que alguien me lo presente.
La televisión que se hace en España sigue, en general, dando vergüenza ajena, pero, que nadie lo olvide, son nuestras vergüenzas y a mí me parece útil conocer el material del que estamos hechos.
Para terminar con una sonrisa, un vídeo del programa El Intermedio sobre los intelectuales colaboradores de Intereconomía.
Imagen vía Gran Hermano comentado
NOTA: Para poder tratar en profundidad todas las sandeces e insultos a la inteligencia que se vierten en Intereconomía tendría que trabajar en un blog especializado doce horas al día. Sería una triste manera de ganarme la vida. Gracias a Dios ellos se descalifican solos cada día de la semana. Dejo una reflexión: ¿para eso queríamos la TDT?
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