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Nada que decir

Que todo estaba escrito; eso ya lo sabía.

Construir un foro no era mi intención.

Dar muestras de mi estilo y hacer tirabuzones con el alfabeto en la piscina cibernética... ¡Qué asco!

Es simplemente que necesito fuerzas para decir lo mismo de siempre, pero de manera que inspire una mirada actual.

Los problemas humanos no han cambiado. Ni los del mundo.

También permanece, y con una fuerza magnética arrebatadora, nuestra torpeza para centrarnos en las soluciones.

Siento, de todas maneras, que con tan altos niveles de alfabetización en el mundo, con la mayor libertad de acceso a la cultura de la historia, estamos perdiendo una ocasión preciosa para construir una sociedad más justa.

Hemos aceptado la hipocresía de los poderes y hemos sustituido la honestidad y la resignación, que son respuestas a veces complementarias, por un elemento que las anula y se está instalando entre nosotros, el cinismo: nuestro peor enemigo.

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