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Dani Flaco: un descubrimiento necesario

Dani Flaco, un tipo de barrio.
En L'Hospitalet de Llobregat ya es casi una leyenda. Todo un mérito si tenemos en cuenta que el cantautor apenas tiene 34 años. Y es que a Dani no se le ha olvidado ni por un momento de dónde viene, aunque quizá acabe llegando donde se merece: a todas partes.

Sacó su primer disco en 2006, Salida de emergencia, y desde el principio demostró que se podía hacer canción de autor sin aburrir y con personalidad.

El segundo disco es una joya, Fuerzas de flaqueza, y sus temas Llegó la primavera y La ley del último trago son auténticos himnos en cada uno de sus conciertos.

Directos rockeros cuando le dan cancha, o más intimistas cuando toca sólo con el guitarrista Pepo López, uno de sus nexos de unión con La cabra mecánica y un profesional más que solvente.

Su siguiente disco, Xarnego, apenas tuvo repercusión, pero vino a callar muchas bocas al versionar temas de sus anteriores trabajos en catalán. El título procede de la denominación que tienen en Catalunya los inmigrantes, sobre todo de Murcia (como el padre de Dani), que mantienen el castellano como lengua vernácula y un montón de tópicos, casi todos peyorativos (algunos de los personajes de la obra de Juan Marsé son también charnegos).

Su última obra, de 2010, se titula Secretos de sumario, y es donde Dani Flaco explota definitivamente como autor y cantante.

Fans y detractores no dejan de atribuirle similitudes con Joaquín Sabina, por su voz quebrada y la rima inteligente de muchas letras, salpicadas de referencias urbanas y metáforas contundentes, algunas deliberadamente sucias.

Sin embargo, la mayoría de los temas de Dani Flaco reservan un espacio privilegiado para la esperanza, la ternura e incluso para el optimismo. De forma que lo que empieza como un desplante canalla termina apelando a las distintas formas de amar la vida.

Portada tan sencilla como Dani.
Es por esta vitalidad crítica y por su particular estilo de dirigirse al público (conquista a sus seguidores con simpatía, naturalidad y humor) que Dani Flaco nunca parece impostado ni oportunista. A los que le seguimos casi desde el principio nos da la sensación de que el chico no tiene prisa en hacerse popular ni ganar millonadas. Más bien se trata de un cantautor genuino con un toque especial que no se quiere creer hasta dónde puede llegar y que se lo pasa muy bien trabajando y llegando a su público.

Portada de Secretos de sumario.
Si acaso, donde más pierde, es en los conciertos acústicos. Irremisiblemente las canciones se asemejan y el concierto queda deslucido (pero eso le pasa al mismísimo Kris Kristofferson). Tampoco le hacen justicia las portadas de los tres primeros discos. En cambio, la de su último trabajo es una maravilla.

Un crítico se quejó hace algún tiempo de que Dani Flaco no distinguía entre los conciertos para amiguetes y los festivales serios, como el Barnasants, donde es un asiduo. Yo creo que este reproche se convierte en elogio, porque ser tan bueno como Dani y saber situarse a la altura de todos sus públicos, independientemente de que toque en la plaza de un pueblo o en un auditorio, es una bendición.

Os dejo con un fragmento de una de sus letras (Vía Que de letras)

La ley del último trago

Maquillando la apariencia


de mis noches pendencieras,

persiguiendo mis quimeras

malgastando tu paciencia.



Alcoholismo disfrazado

de negocios por las noches,

rodeados de fantoches

en conciertos malpagados.



Escapé pronto de tu invierno

navegué rumbo al infierno

para olvidarme de ti.

Y el calor de sus calderas

marchito la primaveras

entre las que me perdi.



Con los besos previo pago

la ley del ultimo trago

con las persianas bajadas.

Con las risas a deshoras

cuando me mira la aurora

con pupilas dilatadas.
[...]
 
Página oficial de Dani Flaco
Vídeo vía YouTube

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Totalmente de acuerdo, es un máquina. Gracias a ti por descubrírmelo. Rob
David Navarro ha dicho que…
A mandar. Me da mucha satisfacción escribir sobre artistas que se ganan la vida a pulso. Sobre los demás ya escribe demasiada gente, principalmente esos pijos que firman en las revistas especializadas.

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