Ir al contenido principal

El pájaro de madera y su amigo el caganer de mierda

Todos sabemos, gracias a los cuentos y películas como Toy Story, que la realidad que conocemos sólo depende de nuestro punto de vista. Por eso, no podemos asegurar qué rayos ocurre en cuanto miramos hacia otro lado.

De ahí la leyenda que se cuenta en los mentideros de Hollywood. Al parecer, los guionistas de Toy Story se basaron en un viejo manuscrito atribuido al propio Odín y que debió de leer también Carlo Collodi, el autor de Pinocho. Precisamente fue entre el legado de Collodi, en una cripta florentina, que un productor de cine muy conocido encontró el maravilloso libro junto a una adaptación en italiano.

Claro que uno podría dudar de la existencia de otras vidas fuera de lo que está comunmente aceptado. De existir, ¿por qué entonces no captan nada extraño las cámaras convencionales?, se preguntarán los incrédulos. Muy fácil, porque los objetos no son idiotas. Ellos saben que las cámaras son un punto de vista idéntico al de un espía sin fe.

De todas maneras, no nos desmadremos: no todas las cosas se mueven, hablan y sienten. Todo depende del sentimiento que les rodee. No esperes que una camiseta H&M mueva un solo hilo. Y mejor así, porque a lo peor el proceso en cadena que la hecho posible esconde mucho odio y dolor.

Precisamente, hay cámaras que se realizan con mucho amor y sinceridad y que captan todo, pero sólo los animales pueden observar lo que pasa. Y es a través de las reacciones de mi gato que he podido averiguar qué ocurre entre un pájaro de madera que tengo encima del televisor y un caganer que él mismo ha realizado a partir de sus excrementos.

Frente a la pantalla donde proyecto lo grabado, parece que a simple vista, el pájaro de madera vuela, porque los ojos del gato se mueven como una trompa. Además, el felino saca las uñas y da zarpazos al aire, como si quisiera zamparse al pájaro de la imagen.

A su vez, el caganer de madera, que juraría que no estaba en la estantería antes, va cagando nuevos caganers. De momento, hay treinta o cuarenta miniaturas. A veces más. A veces menos. En casa me dicen que les suena haberlos visto antes y que no sabrían decir con exactitud cuántos traje de un mercado navideño.

Nada de eso es verdad. Si la ciencia sabe que por el aire hoy en día flotan las mismas partículas que posiblemente tocaron la espada de Julio César, no tiene nada de extraño que los objetos tallados con sentimiento cobren vida más allá de mi visión humana.

A fin de cuentas, tampoco veo a los espíritus y sé que están; ninguna causa lógica se puede atribuir a las casualidades maravillosas y existen; tampoco entiendo de qué va la vida, pero sostengo que todo está demasiado bien engranado para que sea un suceso fortuito.

Mi pájaro de madera y sus caganers de mierda me hacen pensar que todos somos uno y que es el amor el verdadero motor de un universo que gira todo el tiempo alrededor de otros universos invisibles.

De cómo conseguí la cámara super 8  fabricada y cuidada con sentimiento hablaré cuando necesite contar más secretos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

GTA V no es un juego para niños

He sido monaguillo antes que fraile. Es decir, he pasado por una redacción de una revista de videojuegos y desde hace más de cinco años me dedico a la docencia. De hecho, cuando nuestro Gobierno y la molt honorable Generalitat quieran, regresaré a los institutos y me dedicaré, primero, a educar a los alumnos y, en segundo lugar, a enseñarles inglés. Por este orden. Calculo que más de la mitad de mis alumnos de ESO (de 12 a 16 años) juegan a videojuegos con consolas de última generación, esto es, PlayStation 3 y Xbox 360 (dentro de unos meses, esta información quedará obsoleta: hay dos nuevas consolas a la vista). Deduzco, a su vez, que de este alto porcentaje de estudiantes, la mayoría, y no sólo los niños, querrá hacerse con el último título de la saga GTA: la tan esperada quinta parte.

Redescubriendo temas musicales: Jesus to a child

Las canciones que más adentro nos logran tocar son, en ocasiones, las más sencillas. La letra de Jesus to a child descolocará a los que asuman, por desconocimiento, que la belleza de la expresión escrita requiere complejidad. La sintaxis es clara, el vocabulario, sencillo, y la composición en su conjunto constituye una metáfora: el amante sufre la pérdida del ser querido, pero a pesar de la tristeza es capaz de comparar el hallazgo del amor verdadero con la limpieza de corazón con la que Jesucristo amaba a los niños, que son, por antonomasia, los seres humanos más puros que existen. Por este motivo, mucha gente interpreta la letra como una exaltación de los sentimientos nobles y, en realidad, la letra se puede explicar en clave de amistad idealizada o de amor perfecto en cuanto en tanto no deja lugar a la contaminación de otros sentimientos que no tengan que ver con la piedad y el desprendimiento.

Dos grandes pintores para una ciudad pequeña

Una obra de Alguacil que recuerda a Monet. En la calle Pizarro de La Vila Joiosa, probablemente una de las arterias principales de la ciudad (o pueblo, los que me habéis leído sabéis que los uso indistintamente en referencia a mi lugar de nacimiento) hay abierto desde tiempos inmemoriales un taller de un gran pintor: Evaristo Alguacil. Casi sin anunciarse, muchos aficionados a la pintura han insistido hasta recibir sus clases y quién más o quién menos conoce lo más representativo de su trabajo, sobre todo al óleo, principalmente esas marinas tan personales, tan vileras y universales al mismo tiempo. Sin embargo, pocos, en relación a la categoría del artista, conocen bien la obra de Alguacil. Creen que es un señor que repite cuadros sobre las casas de colores representativas de La Vila o se dedica solamente al puerto y sus barcos de pesca. Es cierto, y él lo reconoce, que son parte de su sello personal y la gente aprecia estas pinturas por dos motivos: por su calidad y, además,