Ir al contenido principal

La Academia de Historia no cambiará una coma sobre la biografía de Franco

Por eso la muerte es un bien necesario.
A ver cómo narices comento este titular, resumen de una realidad y de una nefasta noticia para la cultura patria.

Pues no la comento, sólo pido que alguien demande a los dirigentes de esa taberna de pueblo que se atreve a publicar, con el dinero de todos los españoles, un diccionario en el que el asesino Franco aparece mencionado como un líder político más.

Como si no hubiera labrado su fama de militar matando magrebíes, aplastando a los asturianos y quebrando el orden constitucional de 1936. Por no hablar de la cadena de ¿casualidades? que lograron que todos los militares que tenía por delante acabaran en caja de pino (bueno, de alguno no se encontraron restos).

Tampoco menciona la Academia de Historia su represión posterior en casi cuarenta años de dictadura. Vamos, uno se lee la biografía y parece como si la democracia se hubiera marchado de vacaciones, los intelectuales y científicos emigrado por gusto y los muertos hubieran optado por el suicidio.

Y al que me responda con que los republicanos también mataron gente que envíe el currículum a ese tugurio en el que han convertido una de las academias señeras del Siglo de las Luces. Señores, claro que ambos bandos violaron los derechos humanos. Pero sólo uno de los dos bandos implantó una dictadura y fue el mismo el que elevó la injusticia sumaria a su forma de gobierno dictatorial.

NOTA: Esta misma mañana, 2 de junio de 2011, los órganos directivos han anunciado que se reunirán para establecer qué medidas toman después del revuelo que ha provocado el ya famoso diccionario.

Comentarios

Entradas populares de este blog

GTA V no es un juego para niños

He sido monaguillo antes que fraile. Es decir, he pasado por una redacción de una revista de videojuegos y desde hace más de cinco años me dedico a la docencia. De hecho, cuando nuestro Gobierno y la molt honorable Generalitat quieran, regresaré a los institutos y me dedicaré, primero, a educar a los alumnos y, en segundo lugar, a enseñarles inglés. Por este orden. Calculo que más de la mitad de mis alumnos de ESO (de 12 a 16 años) juegan a videojuegos con consolas de última generación, esto es, PlayStation 3 y Xbox 360 (dentro de unos meses, esta información quedará obsoleta: hay dos nuevas consolas a la vista). Deduzco, a su vez, que de este alto porcentaje de estudiantes, la mayoría, y no sólo los niños, querrá hacerse con el último título de la saga GTA: la tan esperada quinta parte.

Redescubriendo temas musicales: Jesus to a child

Las canciones que más adentro nos logran tocar son, en ocasiones, las más sencillas. La letra de Jesus to a child descolocará a los que asuman, por desconocimiento, que la belleza de la expresión escrita requiere complejidad. La sintaxis es clara, el vocabulario, sencillo, y la composición en su conjunto constituye una metáfora: el amante sufre la pérdida del ser querido, pero a pesar de la tristeza es capaz de comparar el hallazgo del amor verdadero con la limpieza de corazón con la que Jesucristo amaba a los niños, que son, por antonomasia, los seres humanos más puros que existen. Por este motivo, mucha gente interpreta la letra como una exaltación de los sentimientos nobles y, en realidad, la letra se puede explicar en clave de amistad idealizada o de amor perfecto en cuanto en tanto no deja lugar a la contaminación de otros sentimientos que no tengan que ver con la piedad y el desprendimiento.

Empleados más puteados del mes (Cash Converters)

Es una franquicia que no ha dejado de crecer con la crisis. Sin embargo, y a pesar de abrir nuevos locales, todo apunta a que les va fatal. Lo primero que percibes es que los empleados no cobran incentivos por vender más, o si los reciben, son de pena. Haz la prueba. Intenta entrar cuando quedan diez minutos para el cierre. De repente, todos desaparecen hasta que a menos ocho minutos una voz cavernosa te invita a marcharte. Inmediatamente, la persiana cae como si fuera confeti. Luego está el mal rollo entre ellos. El otro día un señor me atiende en la zona en la que te compran los productos, bastante sórdida siempre, y llegan dos compañeros con un avioncito teledirigido. Poco más y se los come. Delante de mí y sin reparos, les echó una bronca de mil demonios.