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Adelantar las elecciones es hacer trampa

Si estos dos coinciden... mala señal.
Muy breve, porque tampoco hay mucho que añadir sobre una de las trampas más manidas de los políticos: alterar el calendario para intentar que las elecciones caigan en una época propicia.

Si al PSOE le queda algo de dignidad, tienen la obligación de cumplir con su mandato caiga quien caiga. Si para la primavera del 2012 la situación económico-social ha mejorado, pues bien, y si en lugar de eso, ha empeorado, se merecerán la derrota (suponiendo que los españoles no vayan a votar a sus alcaldes cuando toca elegir a los miembros del parlamento español).

Hay otra trampa que también huele a podrido. Y es legal, por supuesto, como la de adelantar las elecciones. Consiste en despachar a un dirigente político y poner a otro a dos años vista del siguiente referéndum. Así, los votantes se acostumbran a la nueva cara. Pasó con Francisco Camps, que entró como President por la puerta falsa cuando a Zaplana le regalaron un Ministerio. Lo mismo que ocurrió con la alcaldesa de Alicante (PP) y el de Barcelona, Jordi Hereu (PSC). Aznar no lo hizo con Rajoy y así le fue...

Vaya, que hay un calendario electoral, y nuestros políticos lo cambian según les convenga. Por las mismas, nosotros votamos a un líder y nos lo permutan por otro.

Cómo envidio a Bélgica, un año sin gobierno y tan contentos.

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