Ir al contenido principal

Carta a un rey rudo y campechano

Una real bronca. Y encima se ríen.
Estimado Rey:

Perdone que no me sepa el tratamiento adecuado y que me salte el protocolo al enviarle una carta sin sobre, abierta, y encima por Internet. Manda narices. Disculpe mis expresiones chavacanas, porque ser campechano está bien considerado, pero la vulgaridad ya es otro tema.

A propósito, estuvo usted el otro día un poco birrioso al acercarse a los periodistas dos veces y acusarles de desearle la muerte. Quise entender algo de un pino en la barriga, pero entiendo que quiso referirse a la consabida caja de pino, que es donde antes se metía a los difuntos a falta de maderas más nobles.

Usted no se preocupe, porque supongo que le tocará otro material acorde con su condición social.

Pero no me cambie de conversación, y déjeme que le diga que tiene usted mucha suerte de reinar en una época en la que casi no hay reyes y los dirigentes duran cuatro días. Además, no se puede usted quejar: todos los medios de comunicación han derrochado simpatía al tratar su gesto. Usted les ataca y ellos le sonríen. Claro que entiendo que esto le complaza, pero haga un poco de autocrítica: ¿no encuentra usted anormal que nadie le eche en cara su desplante?

No se me ponga a la defensiva. Vivimos en un país cainita. Por cosas menos graves se han hundido a mujeres y hombres de envergadura intelectual mayor que la suya, si me lo permite (o si no). Piense en los exilios de Unamuno y Garcilaso; los asesinatos de García Lorca, Miguel Hernández y Antonio Machado (no hay error, Rey, a los dos últimos los mató Franco también); la invisibilidad de Carmen Laforet y María Zambrano, etc.

Usted se portó mal el otro día. Vive a cuerpo de rey, y disculpe el chiste fácil. Le operan los mejores médicos por haberse caído en las mejores pistas de esquí después de haber tomado los mejores desayunos en los mejores hoteles y residencias. Y todo le sale gratis. Es usted trabajador, por supuesto, pero la vida le ha dado mucho más que le ha quitado.

Le digo esto con respeto para que no pierda la perspectiva, ni usted ni sus defensores. Cuando veo un chico recogiendo la manta llena de bolsos de imitación porque viene la policía, en sus ojos veo a un ser humano igual que usted.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola soy el Rey!!!! y te digo...POR QUE NO TE CALLAS? o mejor dicho por qué te metes conmigo? por tener una suerte que tu no has tenido? Todo el mundo tiene derecho a un mal día y más después de una operación de envergadura, soy Rey pero no dejo de ser humano.
David Navarro ha dicho que…
Por eso mismo o porque me da la gana, su Majestad.

Entradas populares de este blog

GTA V no es un juego para niños

He sido monaguillo antes que fraile. Es decir, he pasado por una redacción de una revista de videojuegos y desde hace más de cinco años me dedico a la docencia. De hecho, cuando nuestro Gobierno y la molt honorable Generalitat quieran, regresaré a los institutos y me dedicaré, primero, a educar a los alumnos y, en segundo lugar, a enseñarles inglés. Por este orden. Calculo que más de la mitad de mis alumnos de ESO (de 12 a 16 años) juegan a videojuegos con consolas de última generación, esto es, PlayStation 3 y Xbox 360 (dentro de unos meses, esta información quedará obsoleta: hay dos nuevas consolas a la vista). Deduzco, a su vez, que de este alto porcentaje de estudiantes, la mayoría, y no sólo los niños, querrá hacerse con el último título de la saga GTA: la tan esperada quinta parte.

Redescubriendo temas musicales: Jesus to a child

Las canciones que más adentro nos logran tocar son, en ocasiones, las más sencillas. La letra de Jesus to a child descolocará a los que asuman, por desconocimiento, que la belleza de la expresión escrita requiere complejidad. La sintaxis es clara, el vocabulario, sencillo, y la composición en su conjunto constituye una metáfora: el amante sufre la pérdida del ser querido, pero a pesar de la tristeza es capaz de comparar el hallazgo del amor verdadero con la limpieza de corazón con la que Jesucristo amaba a los niños, que son, por antonomasia, los seres humanos más puros que existen. Por este motivo, mucha gente interpreta la letra como una exaltación de los sentimientos nobles y, en realidad, la letra se puede explicar en clave de amistad idealizada o de amor perfecto en cuanto en tanto no deja lugar a la contaminación de otros sentimientos que no tengan que ver con la piedad y el desprendimiento.

Dos grandes pintores para una ciudad pequeña

Una obra de Alguacil que recuerda a Monet. En la calle Pizarro de La Vila Joiosa, probablemente una de las arterias principales de la ciudad (o pueblo, los que me habéis leído sabéis que los uso indistintamente en referencia a mi lugar de nacimiento) hay abierto desde tiempos inmemoriales un taller de un gran pintor: Evaristo Alguacil. Casi sin anunciarse, muchos aficionados a la pintura han insistido hasta recibir sus clases y quién más o quién menos conoce lo más representativo de su trabajo, sobre todo al óleo, principalmente esas marinas tan personales, tan vileras y universales al mismo tiempo. Sin embargo, pocos, en relación a la categoría del artista, conocen bien la obra de Alguacil. Creen que es un señor que repite cuadros sobre las casas de colores representativas de La Vila o se dedica solamente al puerto y sus barcos de pesca. Es cierto, y él lo reconoce, que son parte de su sello personal y la gente aprecia estas pinturas por dos motivos: por su calidad y, además,