Este Gobierno ya es, por derecho propio y en apenas cinco meses, el Ejecutivo más radical que ha existido en la Democracia.
No contentos con el presupuesto más austero de la Democracia, y su posterior enmienda que recortaba 10 mil millones de euros más, el pasado lunes 16 de abril el ministro de ¿Educación?, José Ignacio Wert, anunció la debacle del modelo de educación pública de calidad.
Destaco tres medidas, pero me gustaría recalcar que llueve ya sobre mojado. Es decir, que no hacía falta hurgar más todavía en la herida de una institución básica y moribunda.
Vamos allá.
La primera, aumentar la ratio de alumnos por aula un 20 por ciento. Es decir, podrá haber clases con 40 alumnos. Imagínate: 40 chicos y chicas con sus necesidades de aprendizaje y sus problemas particulares y un solo profesor por materia. ¿Se puede abordar la enseñanza con estas condiciones en los tiempos que corren? NO. Lo único que puede ocurrir es que los colegios e institutos se conviertan en una prolongación de las guarderías.
La segunda, no cubrir las bajas de menos de 10 días. Ésta ya es una broma macabra. Si tenemos en cuenta que muchas bajas se dan por una semana y luego se pueden prorrogar varias veces, en la práctica significa que los alumnos podrían estar sin profesor más de un mes.
Y me quedo en la tercera: aumentar las horas docentes a 25. ¿Pero estamos hablando de fabricar galletas o de educar a personas? Werter y sus asesores habrán pensado: si no vamos a cubrir las bajas, que se ocupen los demás profesores de las asignaturas que se queden sin docente, aunque no tengan ni idea. Perfecto. ¿Sabes cuánto aprovechan los alumnos de una clase sin un profesor especialista? NI UN MINUTO.
Aparte, pero no por ello menos importante, hay que tener en cuenta los recortes ya aprobados: menos recursos y menos personal para uno de los sistemas educativos más pobres de toda Europa.
El futuro que aguarda a esta sociedad es la de unos jóvenes, futuros adultos, cada vez peor preparados, menos motivados y con los valores por los suelos.
Sólo hay que pasarse por cualquier instituto público para entrever que el estado de la educación en España necesita todo lo contrario: menos alumnos por aula, más profesores y mejores medios.
Con esta medida, el PP suma y sigue. Los ricos cada vez más ricos y con mejor educación, porque podrán ir a colegios e institutos privados o concertados (que para colmo financiamos entre todos).
Y los pobres, cada vez más pobres, y con menos derechos.
¿En el nombre de la crisis? No podemos admitir más abusos venga de donde venga la excusa.
No contentos con el presupuesto más austero de la Democracia, y su posterior enmienda que recortaba 10 mil millones de euros más, el pasado lunes 16 de abril el ministro de ¿Educación?, José Ignacio Wert, anunció la debacle del modelo de educación pública de calidad.
Destaco tres medidas, pero me gustaría recalcar que llueve ya sobre mojado. Es decir, que no hacía falta hurgar más todavía en la herida de una institución básica y moribunda.
Vamos allá.
La primera, aumentar la ratio de alumnos por aula un 20 por ciento. Es decir, podrá haber clases con 40 alumnos. Imagínate: 40 chicos y chicas con sus necesidades de aprendizaje y sus problemas particulares y un solo profesor por materia. ¿Se puede abordar la enseñanza con estas condiciones en los tiempos que corren? NO. Lo único que puede ocurrir es que los colegios e institutos se conviertan en una prolongación de las guarderías.
La segunda, no cubrir las bajas de menos de 10 días. Ésta ya es una broma macabra. Si tenemos en cuenta que muchas bajas se dan por una semana y luego se pueden prorrogar varias veces, en la práctica significa que los alumnos podrían estar sin profesor más de un mes.
Y me quedo en la tercera: aumentar las horas docentes a 25. ¿Pero estamos hablando de fabricar galletas o de educar a personas? Werter y sus asesores habrán pensado: si no vamos a cubrir las bajas, que se ocupen los demás profesores de las asignaturas que se queden sin docente, aunque no tengan ni idea. Perfecto. ¿Sabes cuánto aprovechan los alumnos de una clase sin un profesor especialista? NI UN MINUTO.
Aparte, pero no por ello menos importante, hay que tener en cuenta los recortes ya aprobados: menos recursos y menos personal para uno de los sistemas educativos más pobres de toda Europa.
El futuro que aguarda a esta sociedad es la de unos jóvenes, futuros adultos, cada vez peor preparados, menos motivados y con los valores por los suelos.
Sólo hay que pasarse por cualquier instituto público para entrever que el estado de la educación en España necesita todo lo contrario: menos alumnos por aula, más profesores y mejores medios.
Con esta medida, el PP suma y sigue. Los ricos cada vez más ricos y con mejor educación, porque podrán ir a colegios e institutos privados o concertados (que para colmo financiamos entre todos).
Y los pobres, cada vez más pobres, y con menos derechos.
¿En el nombre de la crisis? No podemos admitir más abusos venga de donde venga la excusa.
Comentarios
Nos estan fastidiando pero estamos anestesiados, cada vez nos hacercamos mas a "1984", pero en todos los sentidos.
Un saludo.