De vez en cuando surgen joyas donde uno
se esperaba un pasatiempos. No soy muy de mangas. Hasta hace poco
apenas había disfrutado (mucho) de las series Monster y Death Note.
Y, por supuesto, de Buda, pero llamar a esa obra maestra manga creo
que es quedarse corto. Sin desmerecer a los mangas.
Me intriga sobremanera cómo llegué a
ojear el primer volumen de Billy Bat. ¿Qué pintaba en la sección
de mangas de la Fnac? Pues no lo sé. Debería de haberme quedado
estudiando en la biblioteca de la facultad. Sin embargo, estaba
frente a una milíada de lomos minúsculos y me llamó la atención
un librito con un título poco atractivo.
Billy Bat tampoco ofrecía sus mejores
credenciales en la portada. Un murciélago caricaturizado. Lo abrí
pensando que sería alguna colección infantil o uno de esos títulos
humorísticos. Al poco de hojearlo, descubro unas pocas páginas en
color con dibujos de animales que hablan como mafiosos. Luego, me
encuentro con escenas, ya en blanco y negro, muy dinámicas y bien
ambientadas. Más adelante me quedo maravillado con la acción
trepidante, después leo algunas reflexiones más que interesantes y
el volumen 1 termina con el murcielaguito absurdo en plan socarrón.
Lo compré.
Por la noche lo abrí y lo devoré.
Creo que batí mi propio récord.
¿Qué tiene Billy Bat de especial?
Valentía. Sin duda es una obra valiente. Se atreve a mezclar estilos
diferentes y, sobre todo, algo a lo que tienen pánico los editores,
géneros. La historia destila imaginación a raudales. Siempre
sorprende. Y enseguida crea un juego de espejos, una autorreferencia,
que te secuestra, porque te hace partícipe de las aventuras de los
personajes y también de sus conflictos internos..
Luego leí el segundo, el tercero y, de
momento, el cuarto tomo. Y estoy maravillado. He visto militares de
mitad del siglo XX, ninjas, cowboys, gánsters... Me he reído,
emocionado y, sobre todo, intrigado. No sé cómo se las han
compuesto los guionistas, pero contra todo pronóstico, la historia
va lanzando sus redes al infinito y, sin embargo, algunas encajan
como si fuera lo más normal del mundo que el dibujo de un murciélago
sea una especie de tótem milenario, mitad dios, mitad diablo. El
ying y el yang enloquecidos a través del tiempo.
Imbuirse en el mundo de Billy Bat es
maravillarse a cada rato, con la intuición de que sigues la trama,
pero sin enterarte de nada y en el fondo, muy adentro, de todo.
Me da escalofríos que un lector de
mangas adultos le dé carpetazo a un volumen de Billy Bat pensando
que sea una chiquillada. Tengo la sensación de que cualquier día se
activará la bomba de relojería que lleva dentro. No sé si será a
través de una serie de televisión, una película o por el boca
oreja de los aficionados al cómic.
Dad gracias a que no intente deslizar
una sinopsis de Billy Bat. Cualquier intento, mejorando Wikipedia,
debe de llevar colgado el cartel de sospechoso. Lo mejor es
descubrirlo mientras se disfruta de la lectura de este señor manga.
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