De las dos Españas de siempre ya tendrás información de sobra, pero seguro que intuyes que en lo laboral también hay dos países en uno, el de los trabajadores normales y corrientes (en precario, con la amenaza constante de quedarse en el paro) y el de los funcionarios (los únicos que se benefician de todas las mejoras sociales y con empleo para siempre).
Al contrario de lo que se cacarea, los funcionarios no son todos unos chupópteros que se ríen de los ciudadanos que les dan de comer. Es verdad que algunos olvidan lo principal de su tarea: servir a los demás.
El caso lamentable de los controladores aéreos es una muestra más de que el ser humano siempre funciona del mismo modo: al principio, lucha por mejorarse; después se asienta; luego, se aferra a sus derechos olvidando parte de sus deberes y, finalmente, vierte todas sus energías en mantener el status quo, descuidando incluso su trabajo. De forma muy resumida, los funcionarios tienden, por naturaleza, a olvidar cuál es su función.
Sin embargo, me parece absurdo que la opinión pública aplauda los recortes a los funcionarios, incluyendo a los controladores, porque en el fondo lo que el Gobierno está haciendo es llegar al equilibrio económico y social de los españoles por la vía rápida e injusta de eliminar derechos. Cuando en realidad lo que debería hacer es poner los mecanismos necesarios para mejorar las condiciones del resto de trabajadores, de forma que un electricista cobrara unos 2.000 euros, que es lo que viene a cobrar el más novato en el Reino Unido (y si el Financial Times opina que España debe rebajar los sueldos de sus trabajadores es preferible leer otras publicaciones menos malignas como el Hola o el 10 minutos).
¿Estas mejoras son aplicable también en un contexto de crisis? Te reto a que me digas un período de cinco años consecutivos en el que los gobiernos de turno no hayan usado las hipotéticas crisis como excusas. Además, si la crisis es global, ¿por qué en casi todos los países europeos un trabajador cobra como mínimo el doble que un español?
Por favor, no caigamos en la trampa que nos plantean los poderosos. Ante una decisión tajante de por parte de los poderes, te recomiendo siempre un análisis crítico concienzudo. Si dos fuerzas contrarias, en este caso PSOE y PP, están de acuerdo en una medida... tiembla. Ojo, que no digo que Gobierno y oposición deban andar siempre a la gresca. Pero tampoco vamos a ser tan ingenuos para pensar que el PP ejerza una oposición responsable sin que saque su buena tajada al respecto. A la vista está que no (sin que el PSOE de Zapatero se haya ganado el Cielo).
Respecto a los controladores, tampoco quiero resultar ambiguo. No cabe duda de que esos irresponsables, de la mano de sus representantes sindicales, han hecho muchísimo daño. Ya todos sabemos que económicamente son unos privilegiados, pero, al fin y al cabo, también deberíamos recapacitar en dos cuestiones: la primera, no tienen derecho a huelga y, la segunda, ellos no tienen la culpa de cobrar tanto. Con esto último quiero decir que la cuantía del sueldo no garantiza a ningún trabajador que rinda al máximo en cualquier circunstancia.
En cualquier caso, reitero que no estoy de acuerdo en la actuación de los controladores. La han líado y gorda (a mí me han fastidiado un viaje, pero eso es lo de menos). De todas maneras, José Blanco debería haber negociado con mano izquierda y menos "ordeno y mando". Y si finalmente pensaba recurrir a los militares, desde febrero de 2010 ha tenido tiempo de sobra de formar a parte del ejército para poder sustituir a los controladores en huelga encubierta. O sea, que no todo es blanco y negro, excepto el apellido del ministro de Fomento. Cualquier conclusión simplista y monocroma de una cuestión intrincada resulta sospechosa. En este caso se han equivocado los unos y los otros. Y el PP, intentando meterle un gol al Gobierno, también.
Al contrario de lo que se cacarea, los funcionarios no son todos unos chupópteros que se ríen de los ciudadanos que les dan de comer. Es verdad que algunos olvidan lo principal de su tarea: servir a los demás.
El caso lamentable de los controladores aéreos es una muestra más de que el ser humano siempre funciona del mismo modo: al principio, lucha por mejorarse; después se asienta; luego, se aferra a sus derechos olvidando parte de sus deberes y, finalmente, vierte todas sus energías en mantener el status quo, descuidando incluso su trabajo. De forma muy resumida, los funcionarios tienden, por naturaleza, a olvidar cuál es su función.
Sin embargo, me parece absurdo que la opinión pública aplauda los recortes a los funcionarios, incluyendo a los controladores, porque en el fondo lo que el Gobierno está haciendo es llegar al equilibrio económico y social de los españoles por la vía rápida e injusta de eliminar derechos. Cuando en realidad lo que debería hacer es poner los mecanismos necesarios para mejorar las condiciones del resto de trabajadores, de forma que un electricista cobrara unos 2.000 euros, que es lo que viene a cobrar el más novato en el Reino Unido (y si el Financial Times opina que España debe rebajar los sueldos de sus trabajadores es preferible leer otras publicaciones menos malignas como el Hola o el 10 minutos).
¿Estas mejoras son aplicable también en un contexto de crisis? Te reto a que me digas un período de cinco años consecutivos en el que los gobiernos de turno no hayan usado las hipotéticas crisis como excusas. Además, si la crisis es global, ¿por qué en casi todos los países europeos un trabajador cobra como mínimo el doble que un español?
Por favor, no caigamos en la trampa que nos plantean los poderosos. Ante una decisión tajante de por parte de los poderes, te recomiendo siempre un análisis crítico concienzudo. Si dos fuerzas contrarias, en este caso PSOE y PP, están de acuerdo en una medida... tiembla. Ojo, que no digo que Gobierno y oposición deban andar siempre a la gresca. Pero tampoco vamos a ser tan ingenuos para pensar que el PP ejerza una oposición responsable sin que saque su buena tajada al respecto. A la vista está que no (sin que el PSOE de Zapatero se haya ganado el Cielo).
Respecto a los controladores, tampoco quiero resultar ambiguo. No cabe duda de que esos irresponsables, de la mano de sus representantes sindicales, han hecho muchísimo daño. Ya todos sabemos que económicamente son unos privilegiados, pero, al fin y al cabo, también deberíamos recapacitar en dos cuestiones: la primera, no tienen derecho a huelga y, la segunda, ellos no tienen la culpa de cobrar tanto. Con esto último quiero decir que la cuantía del sueldo no garantiza a ningún trabajador que rinda al máximo en cualquier circunstancia.
En cualquier caso, reitero que no estoy de acuerdo en la actuación de los controladores. La han líado y gorda (a mí me han fastidiado un viaje, pero eso es lo de menos). De todas maneras, José Blanco debería haber negociado con mano izquierda y menos "ordeno y mando". Y si finalmente pensaba recurrir a los militares, desde febrero de 2010 ha tenido tiempo de sobra de formar a parte del ejército para poder sustituir a los controladores en huelga encubierta. O sea, que no todo es blanco y negro, excepto el apellido del ministro de Fomento. Cualquier conclusión simplista y monocroma de una cuestión intrincada resulta sospechosa. En este caso se han equivocado los unos y los otros. Y el PP, intentando meterle un gol al Gobierno, también.
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