Ya sé que el titular puede resultar ofensivo para muchas personas, pero entonces significa, alegra esa cara, que no eres un dirigente del Partido Popular. Tienes una ideología aparentemente liberal y te consideras una buena persona, cabal, como casi todo el mundo incluidos los dementes. Hasta ahí vas bien. Me alegro por ti. Sin embargo, la realidad se impone, amigo.
Me da un poco de pereza explicarlo todo de manera ordenada y lógica, pero no hay otra manera de convencer a las personas cargadas de prejuicios. Por supuesto, como a mí no me gusta el PP ni lo que representa en realidad (ya he comentado muchas veces su estrecho vínculo con el pasado franquista y el presente capitalista salvaje), se supone que tergiverso la verdad para lanzar mierda, con perdón, sobre el partido de Aznar.
No digo ni que sí ni que no. Que tu cielo me juzgue si es preciso. Lo que dice el PP, a través de todos sus portavoces, es que los batasunos no irán a las elecciones, hagan lo que hagan, y, además, censuran cualquier atisbo de diálogo con ETA (como si el gobierno de Aznar jamás hubiese hablado con los terroristas).
En definitiva, estos dos principios inamovibles del PP representan una voluntad de rechazo a la negociación, siempre necesaria para alcanzar un acuerdo, por más que una de las partes se sienta más legitimada que la otra.
Es decir, que si no se deja ninguna vía abierta al diálogo, el PP sólo deja una salida. En realidad, deja dos, pero la que ellos venden me temo que es falsa.
Empecemos por la falsa. Así, sin pensar, a vuela pluma, uno puede interpretar que, como el PP sabe que los batasunos en su mayoría son perversos y ETA es una banda criminal (coincido en lo segundo), sólo por obviarlos, hacerles el vacío o amordazarlos, van a desaparecer o, más ingenuamente, se van a pasar al lado de la luz, de la democracia, y siendo aún más ilusos, incluso al españolismo, al catolicismo de Madrid vía Roma y al juancarlismo (el de los marquesados futbolísticos y la censura de los desmanes de su prole real).
Vaya, una hipótesis tan improbable que se parece mucho a una mentira encubierta. Lo que nos queda, pues, es la otra alternativa, la realista. Si el PP se saliese con la suya, y más del diez por ciento del electorado vasco se quedase sin representación en las urnas; dado que se trata de un sector muy activo de la población, tendrían que expresarse de cualquier otra manera. Ya no me corresponde a mí especular de qué formas. Supongo que habrá militantes tan diversos como para rellenar toda la gama posible, desde las ofensivas violentas a la desmoralización absoluta.
En cualquier caso, estaremos de acuerdo en que el porcentaje de batasunos “convertidos” sería escaso. Más bien todo lo contrario. ¿Y por qué deberían dejar de pensar como piensan? ¿Acaso no están en democracia? Otro asunto sería si viviéramos una dictadura en la que el miedo se impusiera a sus ideales y, para subsistir, acabaran por desistir. Entonces, se les derrotaría, pero no se les convencería. En cualquier caso, hablaríamos de un estado de guerra factual, ¿veis la relación?
Por otra parte, renegar del diálogo con ETA, sólo lleva a un doble camino paralelo al anterior, aunque con consecuencias más trágicas. En primer lugar, podría dar lugar a su disolución por agotamiento, que es posible, pero no por la decisión del PP, sino por todo un maremagno de acontecimientos que desbordarían este artículo. De todas maneras, estaremos de acuerdo en que siempre quedaría la semilla, las brasas, el germen, como se le quiere llamar, de un descontento furioso. La historia nos ha enseñado que es muy complicado extinguir un incendio, pero muy fácil avivarlo.
La otra consecuencia lógica, dado que una de las partes no quiere negociar, es que el conflicto siga abierto.
Por eso he dicho en el titular que al PP no le interesa el fin de ETA. Si me equivoco en mi razonamiento sólo me queda una interpretación: los ideólogos del PP siguen siendo los mismos estúpidos que trataron de mentir a toda España con la negación continuada de la implicación de Al-Qaeda en los atentados del 11 de marzo en Madrid.
Podría ser, pero no me lo creo. En aquella ocasión actuaron a la desesperada. Se jugaron el dinero que no tenían y perdieron por una sencilla razón, porque Aznar ya había cavado la tumba del partido muchos meses antes. Por tanto, no me cabe otra suposición que considerar que el PP sabe lo que se hace cuando Dolores de Cospedal niega el derecho a presentarse a las elecciones de la izquierda abertzale y se opone a negociar con ETA. Esto es, seguir con el conflicto abierto para tener un enemigo odiado por todos y disponible las veinticuatro horas del día y todos los días del año.
Actualización, 13 de febrero de 2011: Una vez escuchadas las palabras del didáctico Rubalcaba (que habla como si todos fuéramos tontos), al PSOE tampoco le debe convenir el final de ETA porque harán todo lo posible para ilegalizar el nuevo partido de la izquierda abertzale. Dicho queda, pero, ojo al peligro: si PP y PSOE no quieren que algo ocurra en este país, NO OCURRIRÁ.
Me da un poco de pereza explicarlo todo de manera ordenada y lógica, pero no hay otra manera de convencer a las personas cargadas de prejuicios. Por supuesto, como a mí no me gusta el PP ni lo que representa en realidad (ya he comentado muchas veces su estrecho vínculo con el pasado franquista y el presente capitalista salvaje), se supone que tergiverso la verdad para lanzar mierda, con perdón, sobre el partido de Aznar.
No digo ni que sí ni que no. Que tu cielo me juzgue si es preciso. Lo que dice el PP, a través de todos sus portavoces, es que los batasunos no irán a las elecciones, hagan lo que hagan, y, además, censuran cualquier atisbo de diálogo con ETA (como si el gobierno de Aznar jamás hubiese hablado con los terroristas).
En definitiva, estos dos principios inamovibles del PP representan una voluntad de rechazo a la negociación, siempre necesaria para alcanzar un acuerdo, por más que una de las partes se sienta más legitimada que la otra.
Es decir, que si no se deja ninguna vía abierta al diálogo, el PP sólo deja una salida. En realidad, deja dos, pero la que ellos venden me temo que es falsa.
Empecemos por la falsa. Así, sin pensar, a vuela pluma, uno puede interpretar que, como el PP sabe que los batasunos en su mayoría son perversos y ETA es una banda criminal (coincido en lo segundo), sólo por obviarlos, hacerles el vacío o amordazarlos, van a desaparecer o, más ingenuamente, se van a pasar al lado de la luz, de la democracia, y siendo aún más ilusos, incluso al españolismo, al catolicismo de Madrid vía Roma y al juancarlismo (el de los marquesados futbolísticos y la censura de los desmanes de su prole real).
Vaya, una hipótesis tan improbable que se parece mucho a una mentira encubierta. Lo que nos queda, pues, es la otra alternativa, la realista. Si el PP se saliese con la suya, y más del diez por ciento del electorado vasco se quedase sin representación en las urnas; dado que se trata de un sector muy activo de la población, tendrían que expresarse de cualquier otra manera. Ya no me corresponde a mí especular de qué formas. Supongo que habrá militantes tan diversos como para rellenar toda la gama posible, desde las ofensivas violentas a la desmoralización absoluta.
En cualquier caso, estaremos de acuerdo en que el porcentaje de batasunos “convertidos” sería escaso. Más bien todo lo contrario. ¿Y por qué deberían dejar de pensar como piensan? ¿Acaso no están en democracia? Otro asunto sería si viviéramos una dictadura en la que el miedo se impusiera a sus ideales y, para subsistir, acabaran por desistir. Entonces, se les derrotaría, pero no se les convencería. En cualquier caso, hablaríamos de un estado de guerra factual, ¿veis la relación?
Por otra parte, renegar del diálogo con ETA, sólo lleva a un doble camino paralelo al anterior, aunque con consecuencias más trágicas. En primer lugar, podría dar lugar a su disolución por agotamiento, que es posible, pero no por la decisión del PP, sino por todo un maremagno de acontecimientos que desbordarían este artículo. De todas maneras, estaremos de acuerdo en que siempre quedaría la semilla, las brasas, el germen, como se le quiere llamar, de un descontento furioso. La historia nos ha enseñado que es muy complicado extinguir un incendio, pero muy fácil avivarlo.
La otra consecuencia lógica, dado que una de las partes no quiere negociar, es que el conflicto siga abierto.
Por eso he dicho en el titular que al PP no le interesa el fin de ETA. Si me equivoco en mi razonamiento sólo me queda una interpretación: los ideólogos del PP siguen siendo los mismos estúpidos que trataron de mentir a toda España con la negación continuada de la implicación de Al-Qaeda en los atentados del 11 de marzo en Madrid.
Podría ser, pero no me lo creo. En aquella ocasión actuaron a la desesperada. Se jugaron el dinero que no tenían y perdieron por una sencilla razón, porque Aznar ya había cavado la tumba del partido muchos meses antes. Por tanto, no me cabe otra suposición que considerar que el PP sabe lo que se hace cuando Dolores de Cospedal niega el derecho a presentarse a las elecciones de la izquierda abertzale y se opone a negociar con ETA. Esto es, seguir con el conflicto abierto para tener un enemigo odiado por todos y disponible las veinticuatro horas del día y todos los días del año.
Actualización, 13 de febrero de 2011: Una vez escuchadas las palabras del didáctico Rubalcaba (que habla como si todos fuéramos tontos), al PSOE tampoco le debe convenir el final de ETA porque harán todo lo posible para ilegalizar el nuevo partido de la izquierda abertzale. Dicho queda, pero, ojo al peligro: si PP y PSOE no quieren que algo ocurra en este país, NO OCURRIRÁ.
Comentarios
Al respecto de esta entrada, fíjate David que yo sigo teniendo la convicción de que en este país la justicia es independiente -_-
Creo que Sortu no tiene ninguna intención de romper lazos con ETA. Tener representación política en las instituciones es fundamental para ellos.
A todos nos interesa el fin de ETA, otra cosa es que algunos han basado su argumentario en el mismo asunto durante tantos años...
Yo no creo que la justicia sea independiente, pero sí admito que Sortu pudiera buscar una treta para cobrar, que de eso se trata, y luego retractarse y volver a manifestarse a favor de ETA.