Sí, su caso es más dramático, pero hablamos el mismo idioma. |
El 29 de marzo en España habrá una huelga general para la que sobran los motivos. Cuando la gente salga a la calle a manifestarse, que nadie se equivoque, no lo hará porque culpe al gobierno actual de la situación económica, sino por sus decisiones políticas.
Ellos les llaman reformas, pero se habla ya de una Contrarreforma. No es un juego de palabras gratuito: si desde que se instauró la Democracia en España se han logrado hitos sociales, por primera vez las medidas propuestas por el Gobierno, de prosperar, significarán un paso atrás en gran parte de los derechos obtenidos por los trabajadores. Derechos que se han obtenido con la sangre y las lágrimas de muchas generaciones.
Los recortes presupuestarios, las subidas de impuestos, la reforma laboral, etc. dejan a España a merced de los mercados. Precisamente, esta dependencia absoluta de la llamada locomotora de Alemania, desde ahora el tren de la bruja, es la que mantiene a varios países contra las cuerdas y amenaza a este país con la bancarrota.
Una pista: si en las negocizaciones para perfilar la ley del trabajo sólo salen sonrientes los repesentantes e la patronal, ¿queda alguna duda? Un hecho: con las nueves leyes te podrán despedir si la empresa no prevé beneficios o si te pones enfermo demasiados días. Además, si crees que el despido es improcedente tendrás que demostrarlo. De por sí estas medidas ya son un atraco. Pues no son las únicas.
Nos piden sacrificios económicos y, a pesar de todo, no nos aseguran que salgamos de ésta en breve. Al contrario, confirman que las cifras del desempleo seguirán igual o que incluso podrían aumentar. En suma, te amenazan, nos amenazan cada día con nuevos recortes.
Mientras se cierran quirófanos o se eliminan líneas educativas, a cada paso que das te encuentras con estafas y malversaciones de caudales públicos multimillonarias. Ay, si no viviéramos en el país de los ladrones...
Se habla de los europeos como aliados o socios. Y cuando se habla de Europa se refieren a Alemanía y a Francia, sobre todo a Alemania. Es falso, absolutamente falso, que Alemania sea aliada o socia del resto de europeos. El gobierno de Merkel se está lucrando cobrando intereses abusivos del resto de países. ¿No se supone que los socios comparten gastos e ingresos? ¿Acaso no debería haber una empresa común para hablar de socios? La Unión Europea en sí misma es una estafa.
Con todos los países pobres endeudados para siempre y sin posibilidad de devolver el dinero prestado por los ricos usureros del mundo occidental, el sistema capitalista caníbal necesita devorar y no sabe de sociedades ni de alianzas. Por eso, ha encontrado en una Europa de pobres y ricos un terreno propicio para saciar su hambre. Funciona así: primero te invitan a formar parte de un club, luego te regalan un par de aviones de combate, después te proporcionan un contrato para adquirir armas, vehículos y vetetúasaberqué por unas módicas cuotas hasta que las cuotas dejan de ser módicas, hasta que se te va la mano y compras más y más porque también deseas estar en Top-10 y arruinar a otros países. En el momento en el que los países ricos atraviesan una mala racha económica, sacan el cobrador del frac armado hasta los dientes y sus perros no soltarán la presa jamás.
Esta forma de entender la economía, como una competición de estómagos insaciables y sin escrúpulos, se lleva por delante cualquier principio ético, porque para haber gestado tan enorme monstruo antes se asesinaron jefes de estado, se armó a grupos enfrentados, se hipotecaron países enteros, se dejó morir de hambre a grandes grupos de población. ¿Por qué tendría que se run obstáculo para un neoliberalista hacer volar por los aires el estado del bienestar?
La gente que dirige el cotarro de las grandes empresas y los gobiernos imperialistas están entrelazados por una telaraña irrompible. Ellos que a menudo toman la religión como único reducto ideológico están convencidos de que Dios ha muerto. No creen en el futuro. Quieren aprovechar el aquí y el ahora de su única vida posible. Además, en su concepción de la Naturaleza como un mero escenario de guerra entre hombres-bestia, se autoconvencen de que su clan es superior al resto y es por eso que las grandes familias poderosas se perpetúan en el poder. Para que también aprovechen el aquí y el ahora, para que revienten de placer mientras niegan las migajas de pan a los demás.
La primavera europea es nuestra última esperanza. Si esta crisis económica se supera con el sacrificio inhumano que se nos exige, habremos perdido la oportunidad de lograr un mundo más justo y solidario, donde todos tengamos cabida, donde quizá haya que renunciar a la posibilidad de realizar un crucero.
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