Señores políticos:
Esto no va nada bien así. El clamor popular es ya un grito y vosotros hacéis como que no oís. Escuchad: cada vez que el pueblo sale a las calles a manifestarse, tenéis la obligación de dar la cara y tender puentes de comunicación con la ciudadanía.
No vale ningunearlos. Tampoco entrar en guerras de cifras. Y mucho menos sacar pecho y abusar del poder.
Porque el poder emana del pueblo.
Que sí, que los sindicatos andan detrás, que la oposición también. ¿Y qué? También son ciudadanos. Aparte, es indignante pensar que los demás son pobres idiotas que se han dejado embaucar.
Sugerir eso, siquiera pensarlo, se puede convertir en un boomerang en contra de vuestra propia legitimidad para ejercer el poder. ¿O acaso nadie influye en vuestros votantes?
Está feo eso de amenazar con que cada viernes vendrán reformas, ahora que "reforma" se ha convertido en un eufemismo para "tijeretazo".
Espero que os quede claro. Cada manifestación cuenta. Cada huelga es una oportunidad para rectificar.
Ahora que eso está claro, vamos a hablar de la democracia. ¿Qué es la democracia? En mi caso, significa echar una papeleta o dos cada cada cuatro años. Luego, vuestro sistema de recuento de votos se inventa unos resultados y a partir de ahí, si todo va mal, tengo cuatro años para aguantar carros y carretas.
La democracia es diálogo, señores, y negociación, por tanto. Los decretazos deberían estar prohibidos. Y las mayorías absolutas. Ninguna ley sin un consenso mínimo. Qué menos que eso.
Pero vamos un poco más lejos. ¿Qué significa eso de seguir los dictados de Alemania, que obedece al BCE, que a su vez cumple lo que le ordena el Banco Mundial y el FMI, que por su parte...
Me pierdo en la cadena. El caso (grave) es que yo no he votado al Banco Central Europeo ni al FMI, ni a quienes los controlan, se llamen cómo se llamen y procedan de donde procedan. Dejo ese tema para los expertos.
Vaya, que la democracia se os ha ido, queridos políticos, especialmente los que pintáis algo, por tres vías de agua. Agua turbia en cualquier caso. Os seré sincero: apesta. Con tanta mierda flotando, uno se olvida del agua.
Resumo, porque sois demasiado cortos. Habéis fracasado unas cuantas decenas de veces a la hora de frenar el paro y la famosa crisis autoinoculada. Los que trabajáis decentemente. Otros se han lucrado. Pero los demás tampoco vivís mal. Por eso, permitidme el tono didáctico.
1) Estáis ninguneando las quejas, protestas y manifestaciones de los ciudadanos que os dan de comer, que os ha convertido en lo que sois. Podéis verlos como seres humanos o como votantes. Pero no podéis fingir que no están.
2) Lleváis demasiado tiempo instalados en una falsa democracia, que no sólo resulta poco representativa, sino que además se convierte en algo demasiado parecido a una dictadura en cuanto os dan la mayoría absoluta.
3) Es un asalto a nuestros derechos que instituciones por encima de la elección popular jueguen al ajedrez con nuestro destino. La soberanía del pueblo puede escuchar y convivir con todos los organismos que vosotros, en las famosas cumbres, erijáis, pero no se puede subordinar a sus dictados. Eso no es democracia.
Ahora, seguid haciendo lo que os dé la gana hasta que esto (que no es democracia) reviente, o rectificad a tiempo.
Esto no va nada bien así. El clamor popular es ya un grito y vosotros hacéis como que no oís. Escuchad: cada vez que el pueblo sale a las calles a manifestarse, tenéis la obligación de dar la cara y tender puentes de comunicación con la ciudadanía.
No vale ningunearlos. Tampoco entrar en guerras de cifras. Y mucho menos sacar pecho y abusar del poder.
Porque el poder emana del pueblo.
Que sí, que los sindicatos andan detrás, que la oposición también. ¿Y qué? También son ciudadanos. Aparte, es indignante pensar que los demás son pobres idiotas que se han dejado embaucar.
Sugerir eso, siquiera pensarlo, se puede convertir en un boomerang en contra de vuestra propia legitimidad para ejercer el poder. ¿O acaso nadie influye en vuestros votantes?
Está feo eso de amenazar con que cada viernes vendrán reformas, ahora que "reforma" se ha convertido en un eufemismo para "tijeretazo".
Espero que os quede claro. Cada manifestación cuenta. Cada huelga es una oportunidad para rectificar.
Ahora que eso está claro, vamos a hablar de la democracia. ¿Qué es la democracia? En mi caso, significa echar una papeleta o dos cada cada cuatro años. Luego, vuestro sistema de recuento de votos se inventa unos resultados y a partir de ahí, si todo va mal, tengo cuatro años para aguantar carros y carretas.
La democracia es diálogo, señores, y negociación, por tanto. Los decretazos deberían estar prohibidos. Y las mayorías absolutas. Ninguna ley sin un consenso mínimo. Qué menos que eso.
Pero vamos un poco más lejos. ¿Qué significa eso de seguir los dictados de Alemania, que obedece al BCE, que a su vez cumple lo que le ordena el Banco Mundial y el FMI, que por su parte...
Me pierdo en la cadena. El caso (grave) es que yo no he votado al Banco Central Europeo ni al FMI, ni a quienes los controlan, se llamen cómo se llamen y procedan de donde procedan. Dejo ese tema para los expertos.
Vaya, que la democracia se os ha ido, queridos políticos, especialmente los que pintáis algo, por tres vías de agua. Agua turbia en cualquier caso. Os seré sincero: apesta. Con tanta mierda flotando, uno se olvida del agua.
Resumo, porque sois demasiado cortos. Habéis fracasado unas cuantas decenas de veces a la hora de frenar el paro y la famosa crisis autoinoculada. Los que trabajáis decentemente. Otros se han lucrado. Pero los demás tampoco vivís mal. Por eso, permitidme el tono didáctico.
1) Estáis ninguneando las quejas, protestas y manifestaciones de los ciudadanos que os dan de comer, que os ha convertido en lo que sois. Podéis verlos como seres humanos o como votantes. Pero no podéis fingir que no están.
2) Lleváis demasiado tiempo instalados en una falsa democracia, que no sólo resulta poco representativa, sino que además se convierte en algo demasiado parecido a una dictadura en cuanto os dan la mayoría absoluta.
3) Es un asalto a nuestros derechos que instituciones por encima de la elección popular jueguen al ajedrez con nuestro destino. La soberanía del pueblo puede escuchar y convivir con todos los organismos que vosotros, en las famosas cumbres, erijáis, pero no se puede subordinar a sus dictados. Eso no es democracia.
Ahora, seguid haciendo lo que os dé la gana hasta que esto (que no es democracia) reviente, o rectificad a tiempo.
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