La Sagrada Familia no gana para sustos. Primero fue el AVE -que ya veremos si resiste tanto túnel-, luego Batman y su afición a columpiarse y ahora el nuevo viejo Papa, que cada vez da más miedo. El póster que han colocado por toda Barcelona habla por sí solo. Pero si seguís leyendo os daré motivos para colgar un crucifijo en el marco de la ventana... aunque viváis en Segovia.
Al parecer el buen hombre viene con el objetivo de convencernos para que condenemos el aborto y las bodas entre homosexuales. Él y su equipo, por supuesto. De hecho, si no dijera siempre lo mismo, el propio Papa vendría a Barcelona sin tener ni idea de su discurso. Bastante trabajo tiene Benedito XVI con promocionar la fiesta pagana de Halloween con su inquietante mirada y los despiadados propósitos de sus seguidores.
Para que no peligre su portentosa oratoria, es decir, para que descanse y coma bien, su visita nos va a costar 700.000 euros. Si una habitación de hotel con pensión completa puede costar unos 100 euros diarios... ¿Cuántos meses piensan quedarse en Barcelona el Papa y su séquito?
Imaginemos por un momento que logra convencer al "tripartit" de izquierdas, que le dorará la píldora a pesar de ser tan de izquierdas... Sí, es una posibilidad. De ocurrir tal desgracia, ¿cuál será el objetivo de su próxima visita? ¿Desmantelar la ley del divorcio? ¿Prohibir el voto de la mujer?
A la vista de los datos -ya quisiéramos que fueran rumores-, es preferible que el año que viene sea un antipapa el que bese el suelo del Prat. A lo mejor consigue convencernos de que retiremos la asignatura de religión de los planes de estudios -cada uno que practique su credo en el templo correspondiente- y, de paso, decreta la venta de los excedentes monetarios del Vaticano para fines benéficos, que es lo único que puede parar la caída en picado del catolicismo. Personalmente, con que nos explicara por qué una religión, que se llama cristiana, se ocupa más de la Bolsa que de los miles de necesitados del mundo, me conformaría.
Por lo menos, seguro que ese antipapa hipotético nos haría una rebajita por tener el honor de cederle el tráfico, los medios de comunicación, las fuerzas de seguridad y demás prebendas, que casi prefiero no saber.
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