Para quien le haga ilusión, con todo mi amor. Aunque algunos no os hayáis fijado, lo único que suele pasar después del 31 de diciembre es que empieza un nuevo dia, que por azar o por capricho, simboliza un año nuevo. Sin embargo, a la gente le va bien exorcizar sus demonios durante unas horas, incluso unas semanas, y pensar que todo puede mejorar. Nada que objetar: la voluntad de ir a mejor no puede ser criticable. Si acaso el pretexto se me antoje peregrino, pero eso es lo de menos.
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