Carece de título, pero estoy barajando algo así como "La vida acaba cada noche", aunque reconozco que no me gusta nada. Soy malísimo para los títulos. Quizá pruebe con el concepto de "agujero negro" y su capacidad de generar vida.
Como mis novelas preferidas, tendrá acción y reflexión.
Al igual que gran parte de las novelas que leo del siglo XX y XXI, hay una angustia vital por parte del protagonista que se despierta en forma de cambio drástico.
Aunque no creo que sea lo mejor para una novela, intentaré retratar un lugar y un tiempo determinado. No pretendo hacer denuncia social, pero no puedo escribir como si la acción sucediera en un lugar tipo Los Ángeles donde hay buenos y malos, ricos y pobres, y el lector ya pone el resto de lugares comunes.
Quiero, sobre todo, que cualquiera pueda ponerse en la piel de mi protagonista y que lo acoja en su recuerdo como si se tratara de un amigo suyo que tuvo la valentía de enfrentarse a su vacío existencial. A pesar de esta intención, mi protagonista no es simpático ni hace gala un heroísmo fuera de lo normal.
La percepción subjetiva de la vida será el gran tema de la historia. Sin embargo, no quiero aburrir a los lectores purasangre de novela. Es decir, ni pretendo colar un ensayo en una sucesión de hechos, ni filtrarles una autobiografía.
En cuanto a las ideologías... Espero ser lo suficientemente hábil como para que mis ideas no embarren la acción y, además, escribir con la suficiente honestidad como para no defraudar mis grandes ideales.
La novela, en definitiva, va de alguien que busca su lugar en el mundo y que empieza a encontrarlo a partir de lo que le ocurre en una sola noche. Dicho esto, adelanto que el ritmo se acelera hasta el final, sobre todo desde la mitad de la novela.
La trama es lo que menos me importa, pero incluye elementos conspiranoicos, porque no lo puedo evitar. Y por poco que me importe, hacerla verosímil es un reto.
Las heridas del pasado también tendrán su peso. Ya que intuyo que es natural que ocurra en todos los seres humanos.
Por último, también puedo decir que lo único que el protagonista comparte conmigo es una seria incompatibilidad con el estrés. En lo demás, creo que no nos parecemos demasiado.
En cuanto, al ritmo de trabajo...cuanto más la corrijo, más me gusta, pero tengo un problema: hay días que le dedicaría quince horas y otros, ni un solo minuto. Es superior a mí. Aparte, siempre acabo mejorando lo anterior, por lo que el avance es lento.
No sé cuándo terminaré esta novela, pero mi próximo proyecto tendrá que ser humorístico o policíaco. Algo totalmente distinto. Por supuesto, ya los empecé en su día, pero supongo que los reharé desde el principio.
UNA PETICIÓN: Me vendría muy bien la opinión de una editora o de un editor que se tomara en serio su trabajo y que confiara en mí lo suficiente como para leerse un par de capítulos. Estoy convencido de que establecer un vínculo con alguien de confianza, capaz de discernir entre los libros necesarios y los caprichosos, me ayudaría mucho. Si a alguien le interesa, sabrá cómo contactar conmigo. No soy un narrador excepcional (supongo que ya lo habría demostrado), pero para mí escribir una novela no es ningún juego. ¿Será un proyecto comercial? Creo que Ruíz Zafón es algo más feo que yo, y soy más simpático que Pérez-Reverte. De lo último no cabe duda.
Como mis novelas preferidas, tendrá acción y reflexión.
Al igual que gran parte de las novelas que leo del siglo XX y XXI, hay una angustia vital por parte del protagonista que se despierta en forma de cambio drástico.
Aunque no creo que sea lo mejor para una novela, intentaré retratar un lugar y un tiempo determinado. No pretendo hacer denuncia social, pero no puedo escribir como si la acción sucediera en un lugar tipo Los Ángeles donde hay buenos y malos, ricos y pobres, y el lector ya pone el resto de lugares comunes.
Quiero, sobre todo, que cualquiera pueda ponerse en la piel de mi protagonista y que lo acoja en su recuerdo como si se tratara de un amigo suyo que tuvo la valentía de enfrentarse a su vacío existencial. A pesar de esta intención, mi protagonista no es simpático ni hace gala un heroísmo fuera de lo normal.
La percepción subjetiva de la vida será el gran tema de la historia. Sin embargo, no quiero aburrir a los lectores purasangre de novela. Es decir, ni pretendo colar un ensayo en una sucesión de hechos, ni filtrarles una autobiografía.
En cuanto a las ideologías... Espero ser lo suficientemente hábil como para que mis ideas no embarren la acción y, además, escribir con la suficiente honestidad como para no defraudar mis grandes ideales.
La novela, en definitiva, va de alguien que busca su lugar en el mundo y que empieza a encontrarlo a partir de lo que le ocurre en una sola noche. Dicho esto, adelanto que el ritmo se acelera hasta el final, sobre todo desde la mitad de la novela.
La trama es lo que menos me importa, pero incluye elementos conspiranoicos, porque no lo puedo evitar. Y por poco que me importe, hacerla verosímil es un reto.
Las heridas del pasado también tendrán su peso. Ya que intuyo que es natural que ocurra en todos los seres humanos.
Por último, también puedo decir que lo único que el protagonista comparte conmigo es una seria incompatibilidad con el estrés. En lo demás, creo que no nos parecemos demasiado.
En cuanto, al ritmo de trabajo...cuanto más la corrijo, más me gusta, pero tengo un problema: hay días que le dedicaría quince horas y otros, ni un solo minuto. Es superior a mí. Aparte, siempre acabo mejorando lo anterior, por lo que el avance es lento.
No sé cuándo terminaré esta novela, pero mi próximo proyecto tendrá que ser humorístico o policíaco. Algo totalmente distinto. Por supuesto, ya los empecé en su día, pero supongo que los reharé desde el principio.
UNA PETICIÓN: Me vendría muy bien la opinión de una editora o de un editor que se tomara en serio su trabajo y que confiara en mí lo suficiente como para leerse un par de capítulos. Estoy convencido de que establecer un vínculo con alguien de confianza, capaz de discernir entre los libros necesarios y los caprichosos, me ayudaría mucho. Si a alguien le interesa, sabrá cómo contactar conmigo. No soy un narrador excepcional (supongo que ya lo habría demostrado), pero para mí escribir una novela no es ningún juego. ¿Será un proyecto comercial? Creo que Ruíz Zafón es algo más feo que yo, y soy más simpático que Pérez-Reverte. De lo último no cabe duda.
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