Es una franquicia que no ha dejado de crecer con la crisis. Sin embargo, y a pesar de abrir nuevos locales, todo apunta a que les va fatal.
Lo primero que percibes es que los empleados no cobran incentivos por vender más, o si los reciben, son de pena. Haz la prueba. Intenta entrar cuando quedan diez minutos para el cierre. De repente, todos desaparecen hasta que a menos ocho minutos una voz cavernosa te invita a marcharte. Inmediatamente, la persiana cae como si fuera confeti.
Luego está el mal rollo entre ellos. El otro día un señor me atiende en la zona en la que te compran los productos, bastante sórdida siempre, y llegan dos compañeros con un avioncito teledirigido. Poco más y se los come. Delante de mí y sin reparos, les echó una bronca de mil demonios.
Otra de las medidas que llaman la atención es su método para calcular lo que cuestan tus productos. Sin dejarte tiempo a pensar te sueltan, ¿cuánto pensabas obtener? Como te detecten desinformado, prepárate, porque te ofrecerán una miseria. A veces ni siquiera anotan el modelo del producto para cotejar el precio. O sea, que les da igual si la guitarra es una joya única descatalogada o una más de una tirada enorme.
Luego está el olor y el ambiente brumoso de algunos establecimientos. Es como si hubieran pasado por allí un montón de sintecho en manifestación.
En algunas tiendas, limpian a conciencia, pero en otras, el abuso de lejía y amoniaco no ayuda a que el aire resulte más salubre.
Al final, uno deduce que los empleados de Cash Converters ganan un sueldo bajísimo, reciben unos incentivos insuficientes y no han obtenido una formación adecuada por parte de la empresa para atender al cliente.
Es más, algunos trabajan en locales demasiado húmedos o demasiado sucios, o todo a la vez, y en el fondo, no hay mejor escenario que éste para un negocio en el que se quedan con las cosas de otro por un precio muy inferior al que tiene en el mercado para luego doblarlo al ponerlo a la venta.
Obviamente, lo que les interesa comprar es oro y joyas, porque es lo que la gente vende cuando está desesperada y, al mismo tiempo, se trata de mercancias que no pierden apenas valor. Si te compran películas y trastos varios es porque necesitan generar esa ilusión de que Cash Converters te ayuda a salir de la crisis. La idea que te venden es que te hacen un favor al darte un dinero que necesitas a cambio de desprenderte de cosas que te estorban. Mientras tanto, muy pocos se están forrando, y decenas de trabajadores esperan a las ocho y veinte para echar la persiana.
En el fondo, nos lo merecemos. Hoy en día, con Internet, nadie debería necesitar intermediarios para vender sus cosas. Y con lo informados que estamos, nadie debería soportar que los empleados lo pasaran mal para ganarse la vida.
Otra visión aquí (Como me temía, mileuristas por 40 horas semanales, y algunos dan las gracias).
Lo primero que percibes es que los empleados no cobran incentivos por vender más, o si los reciben, son de pena. Haz la prueba. Intenta entrar cuando quedan diez minutos para el cierre. De repente, todos desaparecen hasta que a menos ocho minutos una voz cavernosa te invita a marcharte. Inmediatamente, la persiana cae como si fuera confeti.
Luego está el mal rollo entre ellos. El otro día un señor me atiende en la zona en la que te compran los productos, bastante sórdida siempre, y llegan dos compañeros con un avioncito teledirigido. Poco más y se los come. Delante de mí y sin reparos, les echó una bronca de mil demonios.
Otra de las medidas que llaman la atención es su método para calcular lo que cuestan tus productos. Sin dejarte tiempo a pensar te sueltan, ¿cuánto pensabas obtener? Como te detecten desinformado, prepárate, porque te ofrecerán una miseria. A veces ni siquiera anotan el modelo del producto para cotejar el precio. O sea, que les da igual si la guitarra es una joya única descatalogada o una más de una tirada enorme.
Luego está el olor y el ambiente brumoso de algunos establecimientos. Es como si hubieran pasado por allí un montón de sintecho en manifestación.
En algunas tiendas, limpian a conciencia, pero en otras, el abuso de lejía y amoniaco no ayuda a que el aire resulte más salubre.
Al final, uno deduce que los empleados de Cash Converters ganan un sueldo bajísimo, reciben unos incentivos insuficientes y no han obtenido una formación adecuada por parte de la empresa para atender al cliente.
Es más, algunos trabajan en locales demasiado húmedos o demasiado sucios, o todo a la vez, y en el fondo, no hay mejor escenario que éste para un negocio en el que se quedan con las cosas de otro por un precio muy inferior al que tiene en el mercado para luego doblarlo al ponerlo a la venta.
Obviamente, lo que les interesa comprar es oro y joyas, porque es lo que la gente vende cuando está desesperada y, al mismo tiempo, se trata de mercancias que no pierden apenas valor. Si te compran películas y trastos varios es porque necesitan generar esa ilusión de que Cash Converters te ayuda a salir de la crisis. La idea que te venden es que te hacen un favor al darte un dinero que necesitas a cambio de desprenderte de cosas que te estorban. Mientras tanto, muy pocos se están forrando, y decenas de trabajadores esperan a las ocho y veinte para echar la persiana.
En el fondo, nos lo merecemos. Hoy en día, con Internet, nadie debería necesitar intermediarios para vender sus cosas. Y con lo informados que estamos, nadie debería soportar que los empleados lo pasaran mal para ganarse la vida.
Otra visión aquí (Como me temía, mileuristas por 40 horas semanales, y algunos dan las gracias).
Comentarios
Si eres comprador, la culpa de todo la tienes tu, da igual que se almacene mal una semana en las estanterías de dentro, que la quemada mujer de la limpieza, que limpia lo que le da la gana , patalea los productos los tira y mil cosas mas, la culpa de si algo no funciona es tuya y las broncas son e alucinar.
los pringados (perdón, el personal de tienda) cobran cuatro duros. Los que cobran pasta pasan poco por las tiendas (estructura vertical).