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Mostrando entradas de mayo, 2013

El cachondeo insondable de la FAO

Hace unas semanas me desperté a media noche y me vino a la cabeza una noticia en la que la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), dependiente de la ONU, nos recomendaba comer insectos apelando a sus valores nutritivos. Durante el tiempo que tardé en recuperar el sueño estuve convencido de que había sido una pesadilla. Rara, indescifrable, como casi todas las que vengo teniendo últimamente. El shock que me produjo comprobar al día siguiente que la noticia era real me obligó a quedar como un idiota en medio de una conversación. Estaba animada la charla en el café y ver aquel titular me jorobó la fiesta. Pálido como el papel del periódico que mostraba un grillo a la parrilla, dejé que mis acompañantes hablaran de sus cosas unos minutos hasta que me despedí de ellos sin saber de qué narices estaban hablando.

Un verano largo y frío

Ayer leía a uno de estos agoreros que se ganan la vida escribiendo lo que les da la gana como les sale del ¿alma? para pagarse unas ¿merecidas? vacaciones. Este señor decía que el verano que viene va a ser gélido como pocos y rápidamente, sin haberlo cotejado con nadie, se lo achacaba al cambio climático, aunque después lo comparaba con un verano de principios del siglo XIX de no sé qué lugar de Europa. Primero, compara España con una ciudad europea, la que le vino bien, y luego se contradice con un ejemplo de los tiempos en los que se vivía de forma sostenible. ¿No es un contrasentido? No sé si este verano hará calor o no. En realidad, sí lo sé. Hará calor donde suele hacerlo. Siempre ocurre así desde que mi bisabuelo tuvo memoria, pues nunca le contó a mi abuelo que hubiese vivido un verano polar en Andalucía. Tampoco después de emigrar a Alicante tuvo un trauma estival. En Barcelona no habrá excepción a la regla con éste, su bisnieto. Para la mayoría de los españoles, los que

A mis 38

Guillaume Apollinaire y Federico García Lorca murieron a los 38 años. Pero algunas personas importantes para la Humanidad ni siquiera alcanzaron esa cifra. Jesucristo, a los 33; Bob Marley, a los 36; Charlie Parker, antes. Algunos sólo sobrevivieron un año: Malcom X y Martin Luther King, por ejemplo. Maldita casualidad.

La escritura sin la bolsa, sólo con la vida

Culpable por haber traicionado a la familia: una carrera universitaria y media más un máster igual a un futuro laboral incierto y una cuenta corriente exigua, arrastro también la culpa de mis antepasados que han dado la espalda a los designios divinos, a la Iglesia e incluso al sentido común transformándome en un ser inútil en general, molesto en particular. No contento con eso, me enfrento a la tradición familiar con sus mujeres y hombres con la espalda quebrada de tanto trabajar por poco; además, desafío cada día el axioma viril porque no levanto por mí mismo ni siquiera la parte del hogar que me correspondería cuando los hombres de mi familia siempre han soportado el peso de sus familias en sus fuertes pero, a su vez, frágiles espaldas.

Eurovisión repasa el declive de la música comercial española en el nuevo siglo

Al terminar declararon estar muy satisfechos!!!!!!! En Eurovisión le han sacado los colores al panorama musical “mainstream” del siglo XXI en España, que se inició con los éxitos de La oreja de Van Gogh, tras el inmenso vacío dejado por los resquicios de la movida, Nacha Pop y Radio Futura a la cabeza, y los grandes amos de los últimos ochenta y primeros noventa, Mecano, El último de la fila y Héroes del silencio (por no hablar del movimiento underground: Kortatu, La Polla, etc. que nunca tuvieron eco). El sueño de Morfeo, El efecto mariposa y, al final, un plan B revival de los años no menos duros de gobierno de Hombres G, El canto del loco, se llevó otro lustro de minutos en la radio y videoclips en televisión. Imagino que también varios número uno en los 40 principales.

Somos mezquinos

Y no es algo que podamos solucionar fácilmente. Algunas personas presentan una tendencia natural, ya sea por la educación, la genética, o por ambos motivos, a despreciar al resto de seres humanos en pos de sus intereses. Otras personas no. Sin embargo, todas y cada una de ellas, al menos las que yo conozco, vivimos en un mismo mundo. Practicar el humanitarismo no cotiza al alza precisamente en estos días. Al "te ganarás el pan con el sudor de tu frente" bíblico se ha unido el consumista "pero yo ganaré más que tú". Luego, el secreto está en cerrar los ojos y no ver que si uno entrega su vida a competir, el camino queda sembrado de cadáveres y la despensa demasiado llena para disfrutarla en una sola vida.

El furor del bufón

Desde hace unos años no he podido ser impermeable a la moda de los espectáculos de monologuistas, esas sesiones que solían ser económicas y que suelen todavía consistir en la irrupción solitaria de un señor (pocas mujeres aún) que habla intercalando chistes, gags y, en ocasiones, se hace acompañar de música e incluso se atreve a cantar sus gracias. La verdad es que la mayoría de estos monologuistas parecen haberse sacado el diploma en la misma academia, o quizá es que revisan las actuaciones de sus colegas en Paramount Comedy y se acaban copiando unos a otros. El regusto de sus actuaciones puede resultar más o menos simpático, pero jamás ofende a nadie. Lo peor de todo es que salvo excepciones (por arriba, Berto Romero o Luis Piedrahita; por abajo, Ignatius) resulta casi imposible distinguir a unos de otros.

Tantas literaturas ¿como lectores… o autores?

Se ha dispuesto, desde hace ya varias décadas, que por virtud de la estética de la recepción, peligrosamente emparejada con el relativismo, que hay tantas lecturas posibles de un texto como lectores. Por tanto, entiendo yo que se podrían escribir tantas historias de la literatura como estudiosos y recetar tantos libros de una literatura, dentro de su subgrupo literario, como críticos literarios.