La vida se me ha complicado, pero pensándolo bien no es una buena excusa. Escritores los ha habido hasta sin brazos, por tanto, no creo que sea tan raro que un escritor escriba su obra sin tiempo. Ahora tengo algunas cosas claras que nunca antes había tenido, y parece que he sido el último en aprenderlo, pero no me pienso derrumbar pensando en lo imperfecto que soy, porque es una obviedad y no me ayudará a nada. Para este curso la prioridad es una novela nueva. Dicen las malas lenguas que los temas son los de siempre. Reconozco que hay una vuelta al pueblo, pero también creo que no lo planteo así, sin más. Quiero creer que es algo un poco más complejo. Aunque reconozco que no cejaré hasta plasmar mi experiencia vital del autoexilio en una novela. Eso, lo siento, pero no puedo evitarlo.
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