La prueba del progresista ¿Qué define a una persona progresista? ¿Su voto? Desde luego que no. Ejemplos extremos son Bono y Gallardón, pero los encontramos a diario en cualquier bar: los de izquierdas maldiciendo a los inmigrantes; los de derechas, que no ven mal las bodas homosexuales. ¿Sus lecturas? Ni hablar. Mi antiguo capataz (no se le puede denominar de otra manera) acudía al despacho con El País bajo el brazo, aunque lo que realmente habría querido traer es un látigo de siete puntas. Los progres para mí son los que mantienen una pose a base de fetiches, como ir a conciertos de Bruce Springsteen sin que les guste Bruce Springsteen, pero que se revelan como fariseos del progresismo al invertir en acciones mientras despotrican contra el capitalismo o al apuntar a sus hijos a colegios privados, para que no se mezclen con la chusma. Pero no nos vayamos del tema. Yo creo que lo que define a un progresista es su respuesta en la adversidad. O sea, ¿qué hacemos cuándo uno de los motivos
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